Musho, Musho... demasiado Betis

El hambre, que da más cornás que el morlaco más terrorífico, empezó a darle al Betis de Víctor Fernández la victoria en la final, en su final, de Cartagonova. Por ahí empezó a ganar un Betis al que, claramente, le iba mucho más en este partido que a un Cartagena que se mostró entre superado y bloqueado. Por ahí y luego, gracias a una hora de exhibición andaluza. De fútbol serio de medio campo para atrás, de rigor táctico y de pura fantasía de media cancha hacia arriba. Así ganó el Betis a un Cartagena irreconocible hasta el 0-2 y así se mete, de nuevo, en la pelea por una tercera plaza de ascenso que tienen pinta de pelear mano a mano albinegros y béticos, de aquí al final de la temporada por mucho que Numancia y Levante traten de estorbar por ahí en medio.

Fue lo de tantas veces: un duelo entre un equipo que salió a morder desde el inicio, 'er Beti', y otro que salió a contemporizar, a verlas venir, el Cartagena. Y claro, eso es mucho si enfrente está la mejor plantilla de Segunda División. Si, además, es el día en el que jugadorazos como Mehmet Aurelio, Emaná, Sergio García o Jonathan Pereira se deciden a dar el paso al frente. Para cuando el equipo de Juan Ignacio bajó de la nube, del Momento Canal Plus, de verse en disposición de poner pie y medio en el cielo, Jonathan Pereira ya había clavado el primero. Fue tras un jugadón, 'a lo Messi': el ex del Villarreal se fue de Txiki y de un Cygan al que 'tiró' un caño de lujo y batió con solvencia a Rubén. Al poco, el propio Pereira firmó el segundo gol que se vio en la mañana del Cartagonova pero éste fue anulado por Jaime Latre.

El gol descolocó a un Cartagena plano y atolondrado en el que sólo el panameño Quintero sumaba. Al que ni Longás ni Mariano eran capaces de vertebrar y al que la falta de puntería de Toché condenaba. Por si fuera poco, Lafuente, el arma con el que habitualmente rompía partidos o iniciaba remontadas Juan Ignacio, se fue lesionado antes del descanso. El panorama no podía ser más desalentador para los locales y para un público, el albinegro, que pasó del éxtasis al duelo en nada. Con un 'Emanazo' y con la sensación generalizada de que el Betis, el de verdad, había vuelto se llegó al entreacto. En el que, seguro, Víctor tuvo pocas cosas que corregir; en el que Juan Ignacio no debió dar a basto para buscar soluciones.

Nada más reanudarse el match, Mehmet Aurelio firmó el segundo tras asistencia de Carlos García (imponente el partido del central) a la salida de un saque de esquina mal defendido por el Cartagena. Por un Efesé impotente ante un Betis que fue un 'Superbetis', un Betis como el que pocas veces se ha visto este año.

Arreón insuficiente. La entrada de Balboa, y el convencimiento bético de que el trabajo estaba ya hecho (hasta Víctor Fernández lo vio demasiado claro y empezó a quitar de escena a varios de sus mejores futbolistas), metieron al Cartagena en la emoción. Y casi en el partido. Algo en lo que colaboraron un Longás ya más entonado y la mayor bravura de un Efesé que redujo distancias tirando de casta, metiendo cacha. Una galopada del otrora madridista, Balboa, la soberbia definición de Tato y de nuevo esa magia que sólo el fútbol es capaz de proporcionar. Pero la mejoría llegó demasiado tarde. Y además pilló a Tato, al mejor jugador del Cartagena, demasiado fatigado. Poco equipaje para obrar el milagro de la remontada; para quitarle al Betis lo que se había ganado en el arranque.

Tres puntos que despiertan al 'gigante dormido', a un Betis que se mete en la pelea, ayudado por los pinchazos de Levante y Numancia (empates que también quitan hierro a la derrota de los de Juan Ignacio) y que queda a 'sólo' 5 puntos del tercero, el Cartagena, al que, por si acaso, también le ganó el average. La alegría va por barrios. Al fin y al cabo, fue una ocasión de oro tirada a la basura por los locales, que aún deben ver pasar por su estadio a Hércules, Real Sociedad, Numancia y Levante. Por delante, 16 finales para ambos.