Un partido espectacular

El Sporting le arrebató a Osasuna el liderazgo de los pequeños, al lograr un triunfo en un partido lleno de tensión, en el que el equipo navarro fue más inteligente durante una hora, hasta que las intervenciones de Kike Mateo sirvieron para darle la vuelta a un partido que tuvo demasiadas alternativas en el marcador.

El respeto inicial de ambos conjuntos pronto se rompió, aunque dentro de cierto equilibrio en el control del partido. Osasuna creaba problemas a la zaga rojiblanca por el juego impetuoso de Pandiani y Aranda. Los balones largos a los delanteros osasunistas sembraban dudas en la defensa gijonesa, aunque sin peligro para Juan Pablo.

El Sporting tenía bastantes dificultades para romper el dispositivo defensivo de los pamploneses. Los balonazos a Bilis no tenían prolongación y sólo alguna acción aislada daba muestras de peligro para un tranquilo Ricardo. El juego de ataque gijonés era demasiado intermitente y sin ningún organizador nato. Rivera hacía su desgaste habitual, pero no tenía respaldo. El serbio Lola tiene bastante presencia, pero entra poco en juego. Todo quedaba a expensas de los jugones.

Cumplido el primer cuarto de hora empezaron a aparecer. Diego Castro se complementa con Canella y De las Cuevas buscaba protagonismo. El alicantino lo tuvo en una combinación por la izquierda, desde donde soltó un disparo parabólico que superó a Ricardo. Con el gol, Osasuna adquirió más protagonismo. Vadocz y Nekounam ganaban el centro del campo y el conjunto navarro abusaba de la circulación de balón y de pases a Pandiani y Aranda. Llegaron las primeras fricciones, con brotes de juego bronco, acciones en las que Álvarez Izquierdo daba muestras de ineptitud, lo que le sirvió para ser abroncado desde la grada. Los pamploneses daban sensación de tener más veteranía en el cuerpo a cuerpo.

Los navarros tenían más llegada y daban sensación de peligro, aunque la igualada llegó en un penalti, por una caída de Monreal, en un intento de despeje de Luis Morán, en un balón pasado. Fue una acción extraña, a la que sacó rendimiento la entrada con fuerza del lateral. Nekouman firmaba la igualada.

Locura. El segundo tiempo tuvo color pamplonés en su inicio. En el primer avance llegó el gol de Vadocz, en un disparo desde fuera del área que dio en el cuerpo de Lola. La ventaja dio serenidad a los visitantes y empezó a provocar prisas en los locales. El equipo de Camacho leía mejor el partido y se mostraba muy firme en defensa, además de controlar el centro para crear complicaciones al rival con los balones aéreos lanzados a las zonas de Pandiani y Aranda.

Preciado buscó un revulsivo con la entrada de Barral, pero consiguió su objetivo con la presencia de Kike Mateo. El murciano sirvió el pase a Barral en el segundo empate y provocó el penalti que dio la victoria a los rojiblancos. Con su presencia cambió el desarrollo del encuentro, porque el Sporting empezó a tener más presencia ofensiva, mientras que Osasuna, que había estado más inteligente, veía como se le podía escapar un partido que tenía controlado.

Y todas estas alternativas tenían como aliciente añadido la horrible actuación del catalán Álvarez Izquierdo, capaz de desesperar a los jugadores de los dos equipos y a la grada, con un recital de desaciertos sin ningún sentido.

El gol de Barral dio alas a los rojiblancos, espoleados por un campo presionante. El delantero gaditano pudo marcar, pero su disparo, tan lejano como potente no sorprendió a Ricardo. Fue poco antes que Azpilicueta derribara a Kike Mateo en el área. Diego Castro desniveló el resultado.

En los últimos diez minutos, Osasuna embotelló al Sporting en su parcela, pero el potente juego aéreo de Botía y Gregory se impuso y la única ocasión fue un remate de Calleja, excesivamente cruzado. Los gijoneses pudieron sentenciar el partido al contraataque, pero la tensión era excesiva y fallaba el acierto en el último pase. Camacho retiró al central Sergio para dar entrada a Masoud, con un claro talante ofensivo, pero los navarros se estrellaron con el muro defensivo gijonés. El triunfo quedó en casa en un partido espectacular.

El detalle: Charanga navarra

En torno a medio millar de aficionados osasunistas se dejaron ver en El Molinón, liderados por la animosa peña Vianesa Mendaviesa, que llegó a primera hora de la tarde del sábado a Gijón. Tras un acto de confraternidad con las peñas rojiblancas, alegraron las calles gijonesas y mantuvieron el concierto todo el partido.