LIGA BBVA | VILLARREAL 1 - DEPORTIVO 0
El Villarreal frena su dinámica negativa ante un Depor batallador
El solitario gol de Joseba Llorente fue bastante para un Villarreal que llegaba al partido tocado tras las goleada del Real Madrid y la eliminación de la Europa Liga.
El Villarreal logró frenar la dinámica negativa de los últimos partidos al imponerse por la mínima (1-0) al Deportivo tras un duelo que le acerca a los puestos europeos precisamente ante un rival por ese objetivo como el conjunto gallego, que hoy batalló sin suerte en El Madrigal.
En la primera parte, el Villarreal comenzó consciente de que este era el partido que iba a definir su futuro en esta liga tras ser goleado en los dos encuentros anteriores, lo que sin duda le había generado muchas dudas defensivas.
Desde el principio los locales se mostraron muy centrados en evitar errores graves en su balance defensivo que pudieran facilitar el trabajo de un Deportivo que se encontraba tranquilo y con la sensación de que sus opciones a la contra llegarían.
Sin embargo, los locales no podían y los visitantes no llegaban a finalizar sus contragolpes, por lo que el partido discurría sin muchas alegrías, si bien fue alcanzarse la media hora de juego y comenzar a cambiar la decoración, ya que el Villarreal empezó a encontrar el camino del gol.
Lo hizo con una internada de Joan Capdevila que fue abortada por la defensa del Deportivo en una probable pena máxima del argentino Diego Colotto, aunque tras esa jugada comenzó el espectáculo del brasileño Nilmar Honorato, quien cedió el gol a Joseba Llorente a los 35 minutos tras una gran jugada con Ibagaza.
Tres minutos más tarde Nilmar hacía lucirse a Dani Aranzubia, con un disparo desde la frontal que buscaba la escuadra. Una actuación que el guardameta del Depor repetiría a disparo de David Fuster a falta de dos minutos para el descanso.
En el segundo periodo se vio a un Villarreal reservón, que le regaló la pelota a su rival para esperar sentenciar al contragolpe y, aunque el equipo de Miguel Ángel Lotina tenía el balón, apenas creaba peligro en el área rival.
Mientras, el Villarreal se perdía en la salida al contragolpe, sin acierto en la última jugada y también era incapaz de llevar peligro.
Así, con el apretado marcador, la tensión y el dominio visitante, los locales se aprestaron a pasarlo mal y a defender su ventaja, aunque los dos equipos mostraron un juego sin consistencia y sólo a balón parado o por medio de disparos lejanos generaban peligro.
Fue con la entrada de Rodolfo Bodipo y ya con el fútbol más directo cuando llegaron las ocasiones. Así se llegó a una recta final con los locales pidiendo la hora y los visitantes desesperados colgando balones pero sin que finalmente se produjese cambio alguno en el marcador.