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Europa League | Valencia - Brujas

La magia de Mestalla no entiende de Brujas

El Valencia busca remontar el 1-0 de la ida de la mano de Villa

Miguel Á. Vara
<b>EL RIVAL. </b>El conjunto belga se ejercitó en Mestalla. Ayer estaba vacío, pero hoy las gradas rugirán.
alberto iranzo

Hablábamos en la ida de Tercios, de Brujas y de batallas pretéritas en aquellas tierras. Al final, siguiendo la tradición, un enemigo menor salió vencedor gracias a su alianza con los elementos, sobre todo con el tal Chapron, un elemento sí, de infausto recuerdo. La impune lesión de Mathieu, las patadas sin castigo, la expulsión de Silva, el estado del campo, los postes, el error de Moyá... todo fue sumando para traducirse en una derrota injusta que exige revancha inmediata. La de hoy es pues noche de reparación, de cobrarse todos los agravios de golpe. No es un duelo a primera sangre, es a muerte porque de Mestalla sólo puede salir uno en pie. Y debe ser el Valencia.

El partido empezó a jugarse en cuanto el colegiado, o lo que fuera, de la ida pitó el final. "Estamos deseando que llegue ya el partido de vuelta. Si por el vestuario fuera lo jugaríamos mañana", dijo Emery. Buena señal, porque este Valencia, con la sangre en el ojo, es un animal desbocado. Los chés saben que son superiores, lo fueron en Brujas pero desperdiciaron sus ocasiones antes de que el partido se fuera por el sumidero de las decisiones arbitrales. Pero fue sólo un accidente, debe ser un accidente, y corregirse los errores (propios y ajenos) esta noche con una goleada lustrosa que reivindique el nombre de la entidad en Europa. Porque el Valencia lleva años siendo noticia en el continente por culpa de los problemas económicos y de sus nefastos dirigentes y, en plena reconstrucción y operación de merecido lavado de imagen, no puede permitirse la mancha de quedar apeado a manos del Brujas.

Villa y la grada. El 1-0 a remontar no es un obstáculo imposible, pero sí un marcador tramposo ya que esconde el peligro de que, cualquier desliz o mérito del rival, te cueste un tanto y estés obligado a hacer tres goles y eso ya es otro cantar. Porque el Valencia está capacitado, mientras esté David Villa sobre el campo, para golear a cualquiera, pero otra cosa es tener la necesidad imperiosa de sumar muchos goles pues ahí la ansiedad pasa factura al más pintado.

También contará Emery con el deseado jugador número doce: Mestalla. El lunes ante el Getafe ya se escuchó rugir a la grada y esta noche... esta noche va a hacer temblar los cimientos del estadio porque hay ganas de revancha, de remontada épica, de noche grande en Europa porque la magia de Mestalla no entiende de Brujas.