Champions League | CSKA - Sevilla
Navas, para conquistar Moscú
El Sevilla espera salir vivo del frío (10º bajo cero) y el césped artificial de Luzhniki
Pocos exponentes mejores que el CSKA de Moscú para explicar el cambio de modelo en la madre Rusia. Nació al abrigo de la Revolución de 1917 y fue moldeando su nombre (OLLS, OPPV, CDKA, CDSA) y su carácter castrense hasta terminar en el CSKA, que no fue sólo el equipo del ejército ruso, sino que se convirtió en una franquicia con sedes (Sofía, Varsovia). Pero hoy, febrero de 2010, un día después del Día del Defensor de la Patria Rusa, el Sevilla ya no mide al equipo de un régimen. Al contrario, ha llegado a Moscú para jugar en un césped artificial de última generación y frente a un equipo que conserva el nombre pero no el espíritu. El capitalista CSKA de Leonid Slutskiy es una ONU producto del dinero del gas que une japoneses (Honda) con brasileños (Guilherme), checos (Necid), chilenos (Mark González) y serbios (Krasic) y que se permite el lujo de llevar tres entrenadores la misma temporada.
Dos años después, el Sevilla está en octavos de la Champions. Otra vez en una gran ciudad. De nuevo como favorito, pero con elementos en contra, como el frío (se espera durante el partido una tempeteraura de -10º) o el césped artificial de Luzhniki. Encima, el Sevilla siente que le falta dinamita. Luis Fabiano verá el partido en casa. Kanouté, resguardado ayer, sí está aquí y jugará, aunque no como él querría. Pero Jiménez tiene a Jesús Navas, el chico que perdió el miedo al exterior, que ya ha debutado con España y que muy posiblemente debute como mundialista, le falta dar el último paso adelante en Europa. A Navas le da igual viento que lluvia, sol que frío. La Champions le espera.