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Liga BBVA | Atlético de Madrid

El Atleti sufrió un arbitraje miserable ante el Göztepe

El equipo turco lo eliminó gracias al colegiado Strmecki.

Bernardo Salazar
<b>ONCE TIPO DE 1967. </b>De pie: Rodri, Iglesias, Jayo, Glaría, Calleja y Rivilla. Abajo: Ufarte, Cardona, Luis, Gárate y Collar.

El Atleti llegó a Esmirna con el propósito de hacer valer los dos goles obtenidos en el Manzanares en dieciseisavos de la Copa de Ferias ante el Göztepe. Esperaba la arremetida inicial de los turcos y un ambiente adverso, colorista y chillón. Y así fue. Con lo que no contaba era con la parcialidad manifiesta de un árbitro yugoslavo que desde el primer momento se convirtió en otro adversario más. Al cuarto de hora un empujón de Iglesias a Fevzi lo convirtió en penalti a pesar de haber sucedido fuera del área. Halil lo transformó y mientras se dirigían a sacar de centro, expulsó a Collar, que simplemente pretendía explicarle cómo había sido la jugada. Una alegría del gran Calleja, permitió que Gürsel igualase la eliminatoria. No se había cumplido la media hora de juego y quedaba un mundo por delante.

El tiempo pasaba entre las arremetidas otomanas y los desafueros del hombre de negro en uno de los arbitrajes más parciales que recuerdo. A los turcos se les podía frenar pero al yugoslavo no. Se le veía entusiasmado de poder pitar faltas a toda intervención rojiblanca, lo fuesen o no. Ríanse ustedes de los Álvarez, Orrantia, Guruceta o Ramos; incluso de los Babacanes pasados y futuros. Gárate, muy cansado, fue sustituido por Urtiaga y, poco después, cuando Ufarte levantó un brazo como queja al linier por señalar un dudoso fuera de juego, también le envió a la caseta. Nueve contra once, mejor dicho contra doce y el marcador permanecía inalterable.

San Román lo paraba todo y los otros ocho rojiblancos luchaban como colosos. Se cumplieron los noventa minutos. Todavía no existía el cartelito con los minutos de prolongación. Y los minutos iban pasando, uno, dos, diez, quince Por fin, a los 109 minutos llegó el tercer gol turco y ya no se sacó de centro. Los jugadores atléticos se fueron hacia el árbitro. Hubo empujones, malos modos, respuestas chulescas del trío arbitral. Bochornoso. Cargó la Policía y puso fin a una incalificable encerrona. La peor que recuerdo en la historia atlética.