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Liga Adelante | Las Palmas 2 - Salamanca 2

Del caos al heroísmo

Las Palmas levanta un 0-2 lapidario a base de casta.

Valentín De Félix
<b>ESFUERZO MÁXIMO. </b>Marcos Márquez trata de marcharse de Murillo y Cuéllar, que se cruzan en su camino ayer, en el Gran Canaria.
ESFUERZO MÁXIMO. Marcos Márquez trata de marcharse de Murillo y Cuéllar, que se cruzan en su camino ayer, en el Gran Canaria.carlos díaz-recio

Las Palmas se estiró al máximo frente al Salamanca, pero no llegó a tocar el triunfo. Su esfuerzo hasta la extenuación sólo le alcanzó para paladear un empate con tintes heroicos, por aquello de haberlo conseguido casi al final. El cabezazo de Sergio Suárez rescató un punto insípido en lo clasificatorio, pero trascendente en lo moral y evitó de paso a su tocayo Kresic una semana más degradada de lo normal. Muchos en la grada no vieron el empate de la Unión Deportiva porque se hastiaron con el 0-2 en el minuto 76. Los que se quedaron pudieron disfrutar de un equipo con carácter, sólo exhibido a cuentagotas, y otro en puro estado de descomposición en este 2010, el Salamanca.

Lo cierto del partido fue que nunca debió ir 0-2. Los anfitriones superaron en fútbol y ocasiones a sus rivales y sólo una mala tarde de Rondón, con cuatro ocasiones clarísimas desbaratadas por Biel Rivas, evitaron un victoria cómoda y merecida. La mala fortuna que persigue al venezolano es ya atávica. Sólo ha marcado cuatro goles en Liga en más de año y medio con la elástica amarilla. En este dato no se puede obviar que es delantero y ahora, además, titular.

Así las cosas, el primer error, grave fallo de Pignol, le costó a Las Palmas un revés mortal con el gol de Toti. A estas alturas del curso un gol en contra convierte al Gran Canaria en una jaula de grillos. Público de uñas, jugadores imprecisos y balones regalados. Sin embargo, cuando el panorama pintaba sombrío, los anfitriones no se aperon del vagón del partido. Unos cuantos ataques intecionados, incluído un tiro al palo de David García, volvieron a reintroducir adrenalina al encuentro y un flujo de ánimo en la hinchada.

Tras el descanso, Kresic contrarrevolucionó al equipo deshaciendo el doble pivote defensivo con el que había salido, formado por Darino y Josico, dejando de nuevo el mando de las operaciones a David González, hasta ese momento postrado en la banda. El equipo lo notó y respiró por las alas. Beranger y Pignol se desdoblaron notablemente por los flancos y el Salamanca ya sólo aguantó vivo por las manoplas de Biel Medina. Con el empate a punto de nieve, Salva Sevilla se inventó una galopada hacia el área desaliñada que acabó con el balón en las redes de Pindado, que se mostró blando al igual que Juanpa, 0-2.

A partir de ahí, la historia mil veces contada en el fútbol. Los locales se fueron a tumba abierta al ataque y con el público de pie y alborotado por la emoción, lograron en cinco minutos empatar un choque, que incluso se pudieron haber llevado, si Rondón, con pelado a lo Ronaldo, hubiera ejercido de tal. La igualada, sólo por el esfuerzo, fue premiada con aplausos por la hinchada.