Liga Adelante | Betis 0 - Albacete 0
Al Betis ya sólo le vale un milagro
Cabrero y la falta de gol le alejan del ascenso. Sergio García falló un penalti. En Cartagena, la gran final.
Cada semana que pasa está más claro que al Betis le va marcha y es, cuanto menos, masoquista. Eso, o que de verdad cree en los milagros. Y es que no se puede explicar de otra manera lo que ofrece en cada uno de sus partidos. Ayer, cuando se le iba la vida y ante un pésimo Albacete, el peor equipo que ha pasado por Heliópolis en mucho tiempo, el Betis, el nuevo Betis, se dejó gran parte de sus intenciones por ascender, si es que no las había perdido ya antes por el camino. Esta vez no jugó mal del todo, como en épocas no muy lejanas, pero le faltó lo que tienen los grandes y los que al final suben a Primera: gol y suerte. Sergio García no tuvo su tarde, con penalti fallado incluido, y Emaná fue ese Emaná que desespera al más paciente. También influyó el partidazo de Cabrero, el único rival que demostró nivel para jugar en Segunda. Ni que el Albacete jugara media hora con diez. Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible.
Parecía una tarde apacible para el Betis, con un rival agazapado a la espera de una jugada que nunca llegó. Cero disparos a puerta en 94 minutos: un récord. El día ideal para Goitia y un buen momento para asustar a sus rivales (el Albacete ya lo estaba sin jugar), más aún cuando desde Castalia llegaban buenas noticias. Pero todo se torció de repente para los verdiblancos. A Sergio García se le nubló la vista varias veces ante Cabrero, luego falló sin oponente aunque desequilibrado, para rematar su mala tarde con un penalti muy mal tirado. Lo suficiente para que toda Albacete ya tenga en su portero a un nuevo héroe. La afición local, distinta a otras veces, siempre creyó en los suyos y dio ánimos hasta que Gil Manzano decretó el final del partido antes de lo previsto.
¿Y el nueve?
Había reclamado Víctor desde su llegada un nueve para apuntalar su plantilla y parece que no le falta razón. Si Lopera vio ayer el partido, tuvo que darse cuenta de una cosa: a este Betis le falta un delantero centro como el comer. Los Sergio, Pavone, Pereira y compañía necesitan a un tipo fuerte y rápido que desequilibre, y ahora mismo no lo hay. No se le puede recriminar al técnico maño sus ganas por lograr el triunfo, ni su ambición, pero los números son claros: seis puntos de 12, cuando en la primera vuelta el Betis ya había sumado nueve en el mismo tramo de partidos. Y el ascenso, el doble de lejos, con menos tiempo por delante.
Es ahí donde entra la duda. ¿Mejor juego o mejores resultados? Al Betis no le vale lo primero y ahora no llega a lo segundo. Y el ascenso no perdona. Rubio ayudó sin querer a los verdiblancos, cuando dejó a su equipo sin delanteros. Pero ni era la tarde del Betis ni Cabrero estaba por la labor. Tampoco influyó la expulsión de Kike, olvidada con otra salida de quicio de Arzu. El Cartagena espera tranquilo, a ocho puntos de ventaja, pero nadie habla del Levante o Numancia. Para que el Betis ascienda, a estos tres equipos les debe entrar una crisis histórica o si no será un milagro. Y estos pocas veces existen.