Dulce venganza para Leo Franco

Los porteros están siendo protagonistas durante toda su temporada y, como era de esperar, anoche visitaron al Atleti los fantasmas del pasado, el presente y el futuro. El ayer, Leo Franco, se marcó un partidazo y sostuvo al Galatasaray durante la hora larga en la que el Atleti parecía a punto de resolver en el Calderón la eliminatoria. El hoy, la pugna De Gea-Asenjo, desencadenó el desastre cuando el canterano se lesionó y el palentino entró al borde de un ataque de nervios y falló en el empate turco. El mañana, la posible ausencia de De Gea en el próximo partido, es temible pues Asenjo es un manojo de nervios sin visos de mejoría inminente.

De todo esto salió el Atleti con la eliminatoria mucho más cuesta arriba de lo que su partido mereció. Al igual que le pasó en la Copa ante Recre y Celta, le tocará remontar. Le espera el infierno del Ali Sami Yen y, visto lo visto, el ambiente debe ser su principal enemigo porque, futbolísticamente, este Galatasaray sin Baros, Kewell y Jo Alves no demostró gran cosa: las arrancadas de Keita y un portero en estado de gracia. Poco más.

El problema fue que el Atleti falló mucho, cosa impredecible cuando Reyes, tras 23 minutos de tanteo, marcó en la primera ocasión clara de la noche. Falta directa a la escuadra y ovación del Calderón, para el que es ahora mismo el tercero en el escalafón de héroes tras Kun y De Gea. Si lo que ha pasado entre Reyes y la grada en los últimos meses lo vemos en una peli, no nos la creemos y la increpamos por ser un pastel. Qué vida esta.

Tras el 1-0 el Atleti se hizo amo y señor. Contribuyó el empeño de los defensas del Galatasaray en sacar la pelota jugada, pese a que a su lado Perea es habilidoso. Kun lo vio claro y se hartó a robar balones. Así el balón rara vez se alejaba de Leo Franco, confirmando así que tenía imán. A los 36' sacó una mano elástica en un remate a bocajarro de Kun y a los 40' detuvo un cabezazo cercano de Raúl García. La única a la que no llegó, una volea de Simao, dio en el poste.

Con Arda Turan perdido como falso nueve, Elano dedicado sólo a pegar y Giovani de paseo desde que salió, el Galatasaray sólo creó peligro una vez antes del descanso, pero qué peligro. Sin embargo, De Gea se lució un día más para sacar, abajo y junto al palo, el cabezazo de Servet. Repetiría nada más empezar la segunda parte ante un tirazo de Keita. El chico es una joya.

Punto de inflexión.

Tras los dos sustos, Kun volvió a agarrar el mando, bien secundado por Reyes y Simao, pero sin la colaboración de Forlán, muy apagado. Y casi lo soluciona todo en una de esas jugadas marca de la casa en la que regatea rivales con cambios de ritmo y recortes imposibles para el resto de humanos. Pero su zurdazo lo sacó, cómo no, Leo y, al poco, se lesionó De Gea. Ahí cambió todo.

Asenjo anunció que era un flan en una salida donde en vez de al balón pegó a Giovani y lo confirmó al poco en un centro manso de Balta. Primero no fue a por él y, luego, regaló su palo a Keita para empatar. El chico es una sombra. El Atleti siguió intentándolo, con buenas sensaciones de Salvio en los escasos minutos que le dio Quique, pero el segundo no llegó y vuelve a tocar remontada. Si la suerte y Leo no se la lían de nuevo, está a su alcance.