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Real Madrid | El análisis

Esperando a Kaká

Benzema parece seguir en Lyon.

Santi Cañizares
Kaká.

Un equipo grande se mide por la magnitud de la catástrofe que genera una derrota, y la del pasado martes frente al Lyon ha provocado desconfianza entre los madridistas. Los más pesimistas ven un retroceso en la progresión del equipo, como si hubiera regresado a las dudas de hace dos meses; los hay que restan importancia y, en general, todos coinciden en que en la vuelta será distinto y la eliminatoria se superara.

Lo cierto es que el Madrid trabaja bien en defensa, ya no se rompe como antaño y la presión para recuperar la pelota es mucho más organizada, con más jugadores y mejor coordinada. Arbeloa en su puesto y Ramos de central dan un plus de calidad, el mismo que aporta Albiol con su óptimo estado de forma. Pero los problemas siguen llegando por el lateral izquierdo. Marcelo tiene muchos mejores conceptos ofensivos que defensivos, pues ni la velocidad, ni la agresividad, ni la destreza en el uno contra uno defensivo son sus virtudes. Esto deriva en cierta insolvencia que requiere la ayuda de sus compañeros. El central más próximo suele abandonar su posición y sus obligaciones con el fin de echarle una mano no exenta de riesgo; la otra solución la aporta el entrenador poniendo a Arbeloa en ese puesto y sacrificando su mejor rendimiento, que es por la derecha. No hay más alternativas.

Los problemas se centran en el sistema ofensivo. El equipo choca de frente contra las defensas organizadas que proponen sus rivales. Ésto le ha hecho perder puntos en Bilbao y Pamplona, sufrir más de lo previsto en Jerez o afrontar el partido de vuelta de Champions con desventaja. Es difícil atacar si no se ocupa todo el campo, si no se ensancha el área de actuación y se crean distancias entre los defensores; esos que buscan lo contrario, achicar los espacios.

Sin bandas.

La ausencia de bandas viene determinada por la confección de la plantilla, donde no encontramos ningún jugador de calidad en ese puesto. Los laterales pueden ocuparlas, pero ésto debe suceder cuando se cierran los extremos creando un pasillo para los primeros y siempre bajo el efecto sorpresa.

En el plano individual, se sigue esperando al mejor Kaká, ese que el madridismo reclamó durante dos años. Y al mejor Benzema, que parece haberse quedado en tierras francesas. Cuando fallan las estrellas todo el mundo mira a Lass o Diarra, injustos cabezas de turco que cumplen con el cometido para el que fueron contratados...