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Europa League | Atlético

Asenjo también será el suplente en Europa

Quique teme que no aguante la presión de la grada

<b>PREPARACIÓN. </b>De Gea y Asenjo, con el entrenador de porteros, Emilio Álvarez.
felipe sevillano

Asenjo tampoco jugará esta noche en el partido de Europa League. El cancerbero palentino verá el partido desde el banquillo, ya que Quique continuará confiando en De Gea para defender la portería del Atlético. El técnico del conjunto madrileño señaló en rueda de prensa que "seguimos trabajando con Asenjo para que llegue a un nivel de recuperación óptimo para cuando creamos conveniente que juegue". Quique dejó claro que su portero titular en estos momentos es De Gea.

El hecho de disputar tres competiciones podía hacer pensar que Asenjo retornaría a la titularidad, pero tampoco va a ser posible en esta ocasión. Asenjo jugó su último partido como titular el pasado 17 de enero, en el choque liguero frente al Sporting (3-2). El portero provocó un penalti casi infantil a favor del Sporting que enfadó a los aficionados del Atlético, que no dejaron de silbar sus actuaciones.

Es la presión de jugar en el Calderón la que le puede a Asenjo. ¿Qué le pasa al jugador rojiblanco? En el vestuario todos cierran filas en torno a él, pero a nadie se le escapa que Asenjo se siente atenazado cuando tiene que jugar delante de sus aficionados. Todo lo contrario le ocurre a De Gea, al que la hinchada quiere cada vez más.

Decepcionado.

Además, hay otras razones para explicar que Asenjo no esté para jugar. El entorno más próximo del futbolista asegura que todavía no se ha recuperado del mazazo que supuso perder la titularidad ante De Gea, su teórico sustituto pero en un futuro. Desmoralizado y desmotivado por la decisión de Quique. Y enfadado con la afición del Atlético. Este es el estado de un portero que se habló podía ser el recambio de Casillas en la selección española.

El futuro de Asenjo pasa ahora por recuperarse anímicamente, entrenarse lo mejor posible y esperar de nuevo una oportunidad. Pero no le será fácil, ya que Quique no está dispuesto a regalar un sitio a nadie. El cancerbero quizá no esperaba que la plaza del Calderón fuera tan complicada.