Luis Fabiano devuelve a zona Champions al Sevilla

A una semana de volar a los quince grados bajo cero de Moscú, el Sevilla va entrando en calor. Su victoria contra Osasuna, la tercera consecutiva en casa después de un tiempecito de penurias, no tuvo demasiado brillo. Pero hay mejores señales en el Sevilla. La defensa se ha estabilizado. Y, como un regalo de Reyes atrasado, Jiménez ha recuperado a Fazio, jugador multiusos que ha vivido un calvario con una lesión de tobilllo casi idéntica a la que tuvo Cristiano Ronaldo a principio de temporada. Ligeros desaciertos en el diagnóstico complicaron la lesión tanto que nadie supo dar un tiempo de baja. Pero Fazio ha vuelto y desde él debe organizarse el Sevilla, que tuvo mejor salida de balón y se apoyó, cómo no, en Luis Fabiano.

Celestial. El cabezazo que ganó el partido fue celestial. Un escorzo de esos que O Fabuloso repite cada cierto tiempo en el Pizjuán. El Sevilla recuperó cosas que necesitaba. También a Capel, perdido en las profundidades del banquillo desde hace tiempo por la irrupción de Perotti. Jiménez detectó un bajón en el argentino y Capel salió como una moto. El Sevilla, que llevaba demasiados partidos siendo muy asimétrico y sólo encontraba salida por la banda de Navas, se equilibró y llegó con veneno también por la izquierda.

Claro que en la derecha había duelo grande: Navas y Monreal, lateral que debe estar bien cerquita de la titularidad en la Selección. Los dos se midieron en un cara a cara formidable del que ambos salieron ganadores. Las carreras de Navas sobre la hora dejaron sello de futbolista diferente, su capacidad de resistencia parece sobrehumana. Osasuna, que venía con el cartel de cuatro victorias consecutivas, dejó aroma de buen equipo pero pareció menos Osasuna que otras veces en el Pizjuán: menos aguerrido, con menos arrojo. Apenas molestó a Palop en un disparo espectacular de Calleja a la que el valenciano respondió con una estirada estupenda, otro guiño a Del Bosque. Fue un partido de oficina para el Sevilla, que ha recuperado la costumbre de ganar en casa. Ahora que está de moda cuestionarlo, ojo. Emite señales de recuperación.