Liga BBVA | Getafe 2 - Almería 2
Codina aleja Europa
Un fallo del meta en el 93' dio el empate al Almería
Al Getafe se le escapó la victoria de las manos, concretamente de las de su portero, Codina, quien en el minuto 93 no pudo blocar el balón, se le escurrió entre sus guantes y acabó en los pies de Soriano. Al almeriense le sorprendió el regalo, pero de igual modo que no lo esperaba tampoco lo desaprovechó. Marcó, logró el empate y dejó a Codina lamentando el error.
El partido comenzó de forma opuesta al guión del Getafe en su estadio. Dominó el Almería y suyas fueron las ocasiones. La primera, a los dos minutos, la gozó Piatti, cuyo disparo desde fuera del área obligó a Codina a una gran estirada.
El Coliseum no se alteró. En eso el Getafe va cogiendo tics de grandeza, porque la afición está acostumbrándose al buen juego hasta el punto que no se inquieta. Ya aparecerá el juego, ya vendrán las ocasiones.
Tenía bien estudiado Lillo el partido. Sabía que el fútbol de Getafe se vuelca en las bandas. Supo tapar bien las vías de acceso. De hecho, el Getafe tardó 40 minutos en tirar a puerta, y lo hizo en una vertiente desconocida, los remates de Manu desde fuera del área. Hasta en tres ocasiones lo intentó.
El Almería jugó con la etiqueta de Lillo. Es ordenado, está organizado y procura la circulación del balón. Con esas bases controló el primer tiempo, con ocasiones de Piatti, un contragolpe de Crusat y un cabezazo al poste de Goitom.
Cuando el equipo de casa está siendo superado, siempre se espera una reacción tras el descanso, pero esta vez fue al contrario. Nada más comenzar la segunda parte marcó Piatti, quien tuvo dos oportunidades en la misma jugada. Primero tiró con la zurda (despejó Codina) y luego con la derecha.
Fue el momento clave. A partir de ahí todo lo que se vivió fue mejor. En el Geta apareció su jogo bonito, con Pedro León y Manu entrando por las bandas y con Parejo buscando entradas por donde hacer herida. Arriba, Soldado aparcó la actitud de la primera parte, donde irritado e irritante se jugó la expulsión y discutió hasta con su entrenador. En un arranque de rabia, el Getafe tuvo 15 minutos esplendorosos con sucesión de ocasiones. Primero lo intentó Manu, sin suerte, factor que sí encontró Casquero minutos después con uno de sus clásicos casquerazos.
Se lo creyó el Getafe y su dominio pasó a ser abrumador. Enfrente sólo aparecía Diego Alves, que lo paró casi todo menos el cabezazo de Soldado. En ese momento, con la victoria, el equipo de Míchel estaba a un punto de plaza europea. Sólo necesitaba aguantar unos minutos, pero el infortunio, ese fallo de Codina, acabó regalando el empate.