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Liga BBVA | Sporting 1- Valencia 1

Castro y los palos frenan al Valencia

Salida en tromba del Sporting. El Valencia despertó tras el 1-0. Marchena y Villa remataron al poste. Bilic tuvo la victoria en el 93'. Mata volvió a marcar

Miguel Á. Vara
Actualizado a
<b>EN EL ÁREA.</b> Bilic y Botía, con Miguel y Dealbert. Mathieu, al fondo
EN EL ÁREA. Bilic y Botía, con Miguel y Dealbert. Mathieu, al fondo

El que quiera ganar en El Molinón debe hacer mucho más que en otros estadios. Por eso no lo había hecho el Madrid, ni tampoco el Sevilla. Por eso el Barça tuvo que contar con la ayuda arbitral para lograrlo. Por eso el Valencia no lo pudo hacer ayer. Porque los de Unai crearon más ocasiones y más claras, pero el Sporting cuenta con un espíritu indomable en su feudo y con un aliado especial, los palos ya que Juan Pablo suma ya 13 en esta Liga. Los de Preciado, en su feudo, se saben obligados por una afición que les empuja y su inicio siempre es arrollador, intentando conseguir el máximo botín para manejarlo luego. Ayer fue así, ante un Valencia que no sabía de dónde salían tantos indios, y anotó un golazo que a punto estuvo de ser suficiente para darle los tres puntos. No fue así porque Juan Mata, otra vez el oviedista, logró el empate cuando parecía que, entre Juan Pablo y los postes, la obra de arte de Diego Castro iba a cotizarse hasta los tres puntos.

Aunque era de esperar un inicio arrollador de los locales, el Valencia no dio con la fórmula para que no le pasaran por encima y eso que en Tenerife ya vivió la misma situación. Los costados de la zaga ché eran un coladero, con un Mathieu especialmente atolondrado en un mal del que se terminó contagiando todo el equipo. El Sporting mandaba con una presión agobiante que le permitía robar arriba y Alberto Rivera le ganaba la partida a Albelda y Banega y aparecía para encadenar buenos servicios por el centro y aperturas a ambas bandas. Pero fue Diego Castro el que concretó la dictadura local en un bello 1-0 que se coló con arte por encima de César.

Del ataque total que se esperaba en las filas visitantes, pues en la medular formaba la versión más ofensiva con Ever como enlace con los bajitos, no había ni rastro y, durante muchos minutos, el propio Banega no apareció, ni tampoco Mata, Silva y, sobre todo, Pablo Hernández, que siguió sin aparecer hasta ser sustituido. Sólo Villa mantenía la bandera ofensiva del Valencia, pero se encontró con Juan Pablo en un remate a bocajarro de los que suele meter. El Sporting intuyó ahí que su ventaja no iba a ser suficiente y volvió a pisar el acelerador para ampliar la ventaja. Carmelo y De las Cuevas desbordaban y tambaleaban a la zaga valenciana, pero era más ruido que nueces porque no crearon ocasiones claras y Bilic no tuvo ningún remate franco.

A la media hora el duelo empezó a ser ya blanquinegro, cuando Marchena estrelló en el poste un remate claro. Eso frenó definitivamente la intensidad del Sporting, el Valencia empezó a carburar y, al descanso, ya merecía al menos irse con un empate que no supieron lograr Mata (39') y Silva (41'). Juan Pablo, el señor de los palos de nuestra Liga, también demostraba que es un arquero de máximas garantías, por si había dudas tras su error de la semana pasada.

Un Valencia superior.

Los de Emery se habían ido al vestuario con buenas sensaciones, sólo emborronadas por la falta de definición, por lo que lo suyo era seguir igual y ajustar las miras arriba. El Sporting ya no tenía fuerzas para empujar con la intensidad del primer cuarto de hora, aunque De las Cuevas y Diego Castro aparecían para intentar sentenciar a la contra, el recurso al que se agarraba el Sporting. El balón pasó a ser valencianista, más aún tras la entrada del Chori Domínguez, que aportó más que el desaparecido Pablo Hernández, pero los visitantes no se sentían del todo a gusto, el reloj les agobiaba y les costaba mucho crear ocasiones claras.

Villa volvió a ser el desatascador, pero el poste impidió su empate. El Molinón se veía venir la igualada y encendió sus gargantas, pero eso terminó de calentar al enemigo más pitado: Mata. Pese a completar un partido gris, Banega soltó un chispazo de calidad para asistir y esta vez Mata no erró. 1-1 y nuevo guión para los dos. Los de Preciado miraron su depósito y no les quedaba para mucho así que dieron por bueno el punto. Los chés querían más y se volcaron hasta dejarse sorprender por una contra en la que César salvó el punto ché que Bilic no supo convertir en tres para el Sporting.

Castro, el medio más goleador

Diego Castro llegaba con siete dianas como el centrocampista más anotador de la Liga. A los seis minutos ya había vuelto a ver portería con una vaselina preciosa con su pierna derecha. Con ocho dianas, el sportinguista se consolidó como el medio con más pólvora de Primera.