Defensa de chirigota

Caen chuzos de punta sobre el Cádiz y el Córdoba enjuaga su paciencia en puntos. Lucas Alcaraz sacó ayer el máximo partido al primer choque de los viernes logrando un merecido triunfo sobre el equipo de su homólogo cadista. Víctor Espárrago, antaño constructor de un Submarino Amarillo donde las defensas siempre tenían algo que decir, está viendo cómo su zaga hace aguas por todas partes. No bastó el chaparrón de goles que recibió la pasada semana frente al Levante. Ayer, en el Arcángel cordobés, seguro que se ruborizó con la jugada del gol del Córdoba.

Lizio fue su protagonista, y la chirigota cadista, el foco del despropósito. El jugador argentino entró por su banda, dribló primero a Cristian para luego dejar clavado a un Álvaro Silva ayer espantoso y después, Mansilla culminaba el desaguisado dejando avanzar más de la cuenta el peligro. Cómo no, al final hubo pase, éste lo recogió bien Pepe Díaz, y al final llegó un gol que hace soñar. El Córdoba se aleja definitivamente de la zona peligrosa y se pone a nueve puntos del descenso. Es decir, mucho más cerca de mirar hacia arriba que de fijarse en el abismo en el que este Cádiz se encuentra sumido.

Lo cierto es que fueron los amarillos los que llevaron el peso del partido en la primera mitad. Pese a que el Córdoba intentó en los primeros instantes crear algo de peligro a través de Pepe Díaz y de Asen, al final el protagonista local acabó siendo de Raúl Navas, que ayer realizó un partido sensacional salvando con sus intervenciones a su equipo. Toedtli avisó con una falta directa que detuvo con solvencia, y poco después el árbitro paraba a instancias de su asistente una jugada legal que culminó en gol Enrique. Sin embargo, éste no subió al marcador por fuera de juego. Nano probó desde lejos poco después pero de nuevo el meta gaditano de nuevo desviaba con la punta de los dedos. Y poco antes de irse los jugadores al vestuario, Asen mandó alto por muy poco un buen cabezazo tras un centro certero de Pepe Díaz.

Nervios. Con el gol a poco de regresar al vestuario, el conjunto amarillo se deshinchó. Quizás para mitigar su error inicial con la jugada que gol que le anuló a Enrique, el árbitro pasó por alto un penalti por manos de Mansilla. Pero no le hacía falta ese favor al equipo de Alcaraz, que llevó aún más peligro a la meta de Casilla. Ni la entrada de Tristán alegró la noche de la final del Falla a los gaditanos, que se tuvieron que conformar con las chirigotas de su gran final. Ayer una ganó, la del Teatro, y a la otra, la de la defensa, Espárrago tendrá que darle cajonazo.