El Girona exhibe eficacia y se aprovecha de las necesidades locales

El Girona se llevó los tres puntos de Vallecas en un encuentro en el que sólo tuvo que esperar sus ocasiones, y demostrar eficacia, tres lanzamientos a puerta, tres goles, ante un Rayo que necesitaba la victoria, y que se la jugó al ataque, falló un penalti y no tuvo fortuna en sus remates.

El Rayo se jugaba mucho hoy en casa ante uno de los últimos. No sólo eran tres puntos en juego, la afición estaba volcada, la dirección durante la semana hizo demasiadas señales de apoyo y el equipo se había conjurado para la primera victoria del año. El Girona sabía lo que tenía enfrente, y con mucho más que ganar que perder.

Así, los vallecanos salieron en tropel, el primer premio no tardó en llegar. El reloj no había llegado al minuto cuando Quero volcaba un balón desde la izquierda para que Pachón rematara de cabeza, José ponía el cuerpo para tapar y le daba con el brazo. El árbitro decretó penalti. Pero los delanteros se mueven por rachas, y Rubén Castro está negado. Lanzó bien, a su izquierda pero el meta le adivinó y le detuvo el envío.

Pese al golpe, el conjunto madrileño siguió en sus trece, volcado, con la meta contraria como objetivo. Rubén Castro marró una nueva ocasión y Ángel desde lejos lanzó por encima del larguero, con el meta descolocado. Pero según pasaron los minutos el Rayo se fue desinflando y el Girona quiso hacerse presente, con tramos de control del balón y del juego pero sin peligro. Hasta el minuto 40, cuando demostró máxima efectividad. Falta lejana que colgó Matabuena, la defensa volvió a fallar y Cañas remató a gol.

En la segunda parte los locales buscaron un inicio similar al del primer tiempo. El resultado fue que el Girona terminó por cerrarse atrás, con una línea de cuatro defensas bien conjuntados, que recibían las ayudas de los extremos y con la medular del campo que se compactaba con la defensa para crear un muro más que difícil de traspasar. Pepe Mel, técnico local, decidió jugarse el todo por el todo con una defensa de tres acumulando gente arriba. Los centros llegaron pero no se remataron bien, mientras por contra, cada balón que recuperaba el conjunto catalán se convertía en un contragolpe que hasta el segundo tanto no llevó peligro.

El Rayo estaba volcado y eso lo aprovechó el conjunto catalán, primero en pies de Beltrán y con el tiempo ya cumplido con Peragon. El Girona lanzó tres veces entre los tres palos e hizo tres goles. Así, el Girona se llevó la victoria, sacó un excelente resultado en su huida de los puestos que queman y exhibió máxima efectividad.