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Liga BBVA | Zaragoza

"Cuando nos liberemos, vamos a jugar aún mejor"

Gay defiende los valores del fútbol de ataque.

<b>LOS SIETE NUEVOS DEL ZARAGOZA. </b>Edmílson, Suazo, Roberto, Colunga, Eliseu, Contini y Jarosik.
javier belver

El partido del cambio no le ha movido a José Aurelio Gay los pies del suelo, pero ha reforzado sus principios y su apuesta futbolística. El nuevo Zaragoza ha encontrado el camino y ahora se trata de consolidar el modelo en las próximas jornadas. "A medida que nos vayamos liberando, vamos a jugar aún mejor, como le gusta al público de La Romareda. Ese es mi gran sueño como entrenador y espero conseguirlo. A nuestra afición le gusta un fútbol rápido y combinativo y en esa línea vamos a trabajar siempre. Hay que jugar hacia adelante, tocando y combinando", explica el técnico.

A Gay le convence por principio el 4-3-3, pero reconoce que el Zaragoza se siente más cómodo ordenado en 4-2-3-1 o en 4-4-2. Sin embargo, considera que esa es una cuestión secundaria en el fútbol: "Más que el dibujo engancha el modelo, el fútbol rápido, combinativo y con llegada. El posicionamiento da un poco igual. Lo que no va cambiar es nuestra filosofía de juego".

Gay es un entrenador de ataque, aunque su primera obsesión fue cerrar el grifo de los goles encajados, una verdadera sangría que llevaba camino de llevar al Zaragoza otra vez a Segunda División. "Hay que resolver lo de los goles encajados fuera de casa, eso es fundamental, pero cuando tengamos el balón hay que jugar al fútbol. Aquí eso es una obligación", precisa.

Siete goles en tres partidos

La resurrección del Zaragoza encuentra su razón de ser en un aspecto fundamental: su notable mejora en la producción goleadora. En los últimos tres encuentros, el conjunto aragonés ha convertido siete goles, un registro nunca antes alcanzado en este campeonato (alcanzó a hacer seis entre las jornadas quinta y séptima) y que le ha llevado a lograr escapar del descenso tras seis jornadas de agonía. La llegada de siete refuerzos y la necesidad del Zaragoza llevaron a invertir esa tendencia. Si en siete partidos se lograron tres goles, en los tres últimos se hicieron siete.