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Liga Adelante | Murcia 1 - Real Sociedad 1

Bravo impidió el triunfo

El meta sacó dos goles claros. NC ovacionó al equipo

<b>GRAN MURCIA. </b>Pese a no ganar, los de Jose González brillaron a gran nivel. En ningún momento fueron inferiores a la Real.
GRAN MURCIA. Pese a no ganar, los de Jose González brillaron a gran nivel. En ningún momento fueron inferiores a la Real.

Pitar el árbitro el final del partido, y romper la grada de la Nueva Condomina en una cerrada ovación de casi dos minutos a los suyos. Y eso que el partido acabó en empate. Y eso que el Murcia sigue siendo incapaz de encadenar dos triunfos seguidos (lleva, eso sí, un mes sin perder) y eso que sigue en descenso. Pero fue tan completo el partido de los de Jose, disfrutó tanto la grada con un Murcia que además de ser el equipo serio de las últimas semanas ayer también tuvo fases de buen fútbol, que al final el pueblo grana premió a un Murcia que sigue al alza. Un Murcia que pudo, y debió, haber ganado pero que se encontró con un Claudio Bravo (porterazo de Primera, de nivel de equipo Champions) que sacó dos manos salvadoras, que evitó dos goles cantados en disparos de Chando y Bruno. En el internacional chileno tiene la Real lo que todos los equipos, incluido el Murcia que hoy por hoy no lo tiene, sueñan con tener bajo palos: un tipo capaz de ganar partidos. Por su culpa no ganó el equipo de Jose. Mírenle a él, si se les hace rara la secuencia final, la de la grada reloca, a pesar de no ganar.

En la positiva reacción del respetable tuvo también que ver la entidad del rival. De una Real que fue el mejor equipo visitante del curso, que además de porterazo tiene una defensa de altura (en todos los sentidos), que en la segunda parte se sostuvo gracias a un enorme Rivas, a la velocidad de Songo'o y a ese Carlos Bueno que es un delantero que engaña. Lo ves, chaparrete, regordete, con las medias a medio subir y no dice nada, pero es ponerse a jugar, a apretar y todo cambia. Su equipo, que abusó de fútbol directo en la primera parte, se encomendó a él en la reanudación y el uruguayo no falló. Metió el 'muslamen' para barrer un centro desde el costado mal defendido por los locales. 0-1 y un mazazo que duró un suspiro ya que al poco una falta botada por un Bruno que estuvo soberbio (lo mismo que Mejía) dio en el cuerpo de Labaka y fue imposible para Bravo.

¡A por ellos, oé!

Más allá de que fuera de carambola, el gol encierra varias cosas: como la capacidad de venirse arriba de este nuevo Murcia (mérito de Jose); como la fortuna que ha cambiado. Hace un mes el rebote hubiera sacado el balón al córner. Ahora no. Tras el empate el partido fue un toma y daca. Con la Real apurando sus opciones, con pelotazos buscando a Songo'o y a Bueno y con el Murcia elaborando más, llegando con muchos efectivos y al que sólo le faltó un poco más de puntería. Como en la última gran oportunidad: en el alargue, y después de que Kike peleara un balón imposible, el conquense cedió a Luque y éste la mandó arriba. Ahí estuvo el triunfo que habrá que buscar en Huesca.

Una victoria que se mereció y que el Murcia buscó con sus señas de identidad de los últimos tiempos: con seriedad, con un Sergio Escudero que ha dado una llegada tremenda (además va ganando en contundencia atrás) y con un derroche físico espectacular. En el debe, la falta de provecho a balón parado. Poco más que reprochar a un Murcia que sigue en la línea correcta. No siempre estará enfrente Bravo.