"Mi rodilla está perfecta, si Gay quiere juego ya"

Para su presentación en La Romareda, Jose Edmílson Gomes de Moraes se vistió con un blazer azulmarino, rasgo que tal vez ayude a definir a un hombre. Cuando Edmílson debió hablar de sí mismo, de sus aportaciones al Zaragoza, resumió: "Creo que puedo ayudar mucho en la salida de la pelota desde atrás". Es decir, estaba subrayando su figura de ordenador de juego, un tipo de futbolista extrañado en los últimos tiempos en el Zaragoza. Respecto a su estado físico, y al de su rodilla, fue rotundo: "Ni en el Villarreal ni en el Palmeiras tuve problemas. Mi rodilla está perfecta y yo, si el entrenador quiere, estoy listo para jugar ya".

El deporte ha demostrado hace tiempo que los viejos parámetros de edad ya no sirven, pero la barrera de los 30 años mantiene su peso psicológico sobre los aficionados. También una rodilla operada, y la de Edmílson lo está desde aquella plaga de graves lesiones que asoló al Barcelona de Rijkaard. El velo de sospecha se descorrió enseguida durante la presentación de Edmílson en La Romareda. En cuanto se le nombró su articulación y el decepcionante paso por el Villarreal, Edmílson zanjó el asunto de cuajo: "En el Villarreal no tuve ningún problema físico. La cuestión fue que Pellegrini (ahora entrenador del Real Madrid, entonces del Submarino) nunca me dio continuidad: sólo una vez jugué dos partidos seguidos".

Establecido su caso, Edmílson se refirió en similares términos a su último periodo en el Palmeiras: "La competición terminó en diciembre. El 5 de enero empezamos a entrenar pero, desde que me desligué del Palmeiras, he trabajado con un entrenador personal", explicó el medio paulista. El regreso a España lo pone ante dos situaciones opuestas: "Es un placer regresar a la Liga, una de las mejores competiciones del mundo". Eso por un lado. Por el otro, la perentoria situación del Real Zaragoza: "Como deportista, siempre me han gustado los retos. Los he afrontado en mi vida personal y también en equipos como el Barcelona o el Lyon... y siempre me salieron bien. Espero que en el Zaragoza no sea distinto y lo consigamos".

Experiencia.

Como cualquier recién llegado, dejó su ración de optimismo: "La salvación es difícil pero no imposible. Queda mucho por delante y seguro que tras la última victoria la sensación va a ser otra". A los 33 años, Edmílson cree que puede "aportarle experiencia al equipo y ayudar a los jóvenes en la situación que vivimos". En cuanto al fútbol, viene a completar el mediocampo aragonés, donde Gay ha probado variantes. Con el brasileño, agrega a un futbolista de características distintas a Ponzio, Gabi, Jarosik o el propio Ander. "En el Palmeiras he estado jugando en una línea de tres centrales, como hombre libre -explicó Edmílson-. Pero estoy disponible para lo que sea y para lo que necesite el Zaragoza. En mi paso por el Barcelona actué siempre de pivote y eso no se olvida".