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Liga BBVA | Tenerife - Zaragoza

Una final en enero

El Heliodoro acoge hoy un duelo marcado por la angustia.

Manoj Daswani
<b>ESPERA EL CENTENARIO. </b>Manolo, si juega hoy,  disputará su partido 100 de blanquiazul.
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Duelo por todo lo bajo. Con el Xerez en situación de desahucio, se miden en el Heliodoro el penúltimo y el antepenúltimo, rivales a los que une un ascenso reciente y un presente de urgencias. Tenerife y Zaragoza, con déficit de puntos, desafían los dos a la crisis de resultados a sabiendas de que uno saldrá hoy malherido. O los dos. El empate no vale a ninguno: a los anfitriones, porque les condenaría a perder el goal average particular con los maños; y a los forasteros, porque su situación es anémica. Era 1 de noviembre cuando ganaron por última vez (2-1 al Almería) y otra semana sin hacerlo, con seguridad, tendría consecuencias drásticas. Sobre todo para el jefe de su banquillo, el ex futbolista Gay, que ha hecho brillantes los números de Marcelino.

La posición en la clasificación es agobiante para canarios y aragoneses, así que no han sido precisamente los números los que han elevado su ánimo durante la semana. Los días previos a la cita capital de esta tarde han venido marcados en la Isla por las buenas sensaciones que destiló el Tenerife contra el Valencia. Garante de un fútbol vistoso para el espectador, opositó con vigor el cuadro de Oltra para imponerse al tercer clasificado, mérito suficiente como para ganarse el aplauso de un Heliodoro que lo recibe de nuevo al cabo de siete fechas.

En el caso del Zaragoza, el empuje lo ha facultado el efecto efervescente de cualquier revolución. Gigantesca es la que ha experimentado el cuadro maño, donde siete caras nuevas comparecen hoy en un equipo absolutamente renovado respecto al de la primera vuelta, ahí donde los blanquillos ganaron en La Romareda al Tenerife (1-0).

El guión de esta tarde se escribe con angustia. Ojo a los nervios en los dos bandos y también al resultado de haber apostado por dos vías dispares para enfilar las curvas. En el equipo tinerfeñista, impertérritos siguen los que iniciaron el ejercicio e inalterada permanece la apuesta por un equipo que juega más que gana. Mientras, en el oponente, cambios a granel y cirugía en todas las plazas para mudar los resultados y reaccionar de una vez.

A ver quién gana. Si empatan, pierden los dos.