El Cartagena, casi perfecto

Al Cartagena le vino todo de cara. El Girona, por su parte, ya arrancó con presión tras la victoria del Castellón. Un marcador que, por su parte, a los albinegros les venía de lujo. El Hércules había pinchado y no se podía dejar pasar esta oportunidad. A los de Juan Ignacio les costó encontrar el 'punto', pero una vez que dieron con él el Girona quedó indefenso. De nada le servía a los catalanes el haberse puesto por delante, el ser un rival incómodo, al fin y al cabo cuando este Cartagena se desata sólo queda mirar y aplaudir. Y el Girona lo hizo en la segunda mitad.

Fue una tarde llena de reencuentros. Primero, el Girona demostró que puede sacar tajada en cualquier campo. Presionó, se sintió cómodo y hasta Matamala firmó un gol de bandera casi sin ángulo. Los murmullos surgían desde la grada al comprobar que el ímpetu de Longás y De Lucas podía resultar estéril. Pero no, el Cartagena ya ha acumulado demasiados sustos últimamente y el fútbol le debía una. Pocos segundos después del 0-1 jugada de tiralíneas y Lafuente hacía la igualada. Vuelta a empezar. O así debía serlo, pero lo que volvió a repetirse fue la actuación de Jorquera en jornadas precedentes (exceptuando su partido del Murcia): gran triangulación de los albinegros, centro de Clavero, el meta sale 'a por uvas' y De Lucas marca a placer. Todo el trabajo de los de Juliá al traste.

El Cartagena se gustó y sus hombres, con especial atención a un Longás que ayer volvió a jugar como pocos lo hacen en Primera, se desataron: triangulaciones, taconazos, sombreros, túneles... El mejor Cartagena de la temporada volvía por sus fueros. De ahí que en los dos siguientes tantos de los albinegros a la zaga del Girona prácticamente sólo le quedara llorar y pedir la hora.

Con la entrada de Kiko Ratón, y un Cartagena algo más relajado, el Girona tuvo opción de maquillar el resultado. Pero el gafe continúa para ellos y ni siquiera con un regalo de Rubén tuvieron fortuna. Les queda mucho por sufrir.

Luego llegarían los marcadores de Anoeta y Albacete, premios para el Cartagena y castigos para los gerundenses. Los fichajes albinegros ya saben que jugar en este equipo será más complicado de lo que parece; los del Girona que el destino les depara medio año de angustia. Tébar, sin pena ni gloria ayer, ya lo vivió en sus carnes. Quizás en Montilivi sea algo más fácil. En el Cartagonova el futuro no puede ser más esperanzador: los grandes aún deben rendir visita a un equipo que si vuelve a jugar como los ángeles no encontrará rival que le frene... Encima Cygan vuelve por sus fueros y la grave lesión de rodilla ya es historia.