Míchel espera con Miku a un Mallorca suicida

La tradición manda que el equipo que gana el primer partido en campo del rival acaba clasificándose. El Getafe tiene a tiro colarse en las semifinales de Copa. Venció 1-2 en Palma, donde nadie había ganado esta temporada, y lleva más de tres años sin perder en el Coliseum en este torneo. Le sirve cualquier victoria, cualquier empate y hasta perder por 0-1.

Manzano tiene prisa. El Mallorca necesita, como mínimo, marcar dos goles. Sale con el equipo de lujo menos Lux, el portero suplente en Liga pero titular en Copa. En el banquillo guarda la bala de Keita. Tal es la convicción de Manzano de lanzarse a por el partido que incluso convoca delanteros del filial, como Enrich, que debutó en Primera la pasada semana, y la única razón por la que no está Webó es porque llegó ayer a última hora de la noche de la Copa de África. Si hace falta, ataque total en los minutos finales.

Míchel tiene menos nervios. Sabe que el Mallorca no es lo mismo cuando juega fuera, que es mucho menos, que sólo ha ganado un partido esta temporada a domicilio, en Pamplona.

Míchel adivina la actitud suicida del Mallorca y le espera a la contra. Defensa titular, medios titulares y la novedad de Miku en la punta para romper en velocidad. Por si acaso hiciera falta, que todo puede acontecer, en el banquillo del Getafe velarán armas Soldado, Pedro León y Manu.

Quienes opinan que a los equipos no les interesa la Copa que se pasen esta noche por el Coliseum. Getafe y Mallorca harán un partido de culto. Los madrileños sueñan con llegar a su tercera final y el Mallorca recuerda que fue la Copa, la de 2003, su primer título y la mitad del segundo, la Supercopa.