El Reyno del optimismo

Pamplona será un hervidero. Y no es para menos. Hablar de final en este caso no es nada exagerado porque la cita reúne todos los ingredientes necesarios para no perdérsela y disfrutarla. Repasemos. En primer lugar habrá lleno, algo que sólo ocurre en las grandes veladas. También jugarán los fijos, abandonando por fin esa lacra de las rotaciones que quita brilló a la Copa y le resta prestigio. Y por si fuera poco añadan que Osasuna y Racing llegan radiantes a su encuentro tras vencer en la última jornada de Liga a rivales directos. Uno en Xerez y otro en El Molinón.

Puede que el equipo cántabro tenga la vitola de favorito por el valor de las matemáticas después de la ida: 2-1 (goles de Colsa y Diop). Y es cierto. Asimismo lo expresan los propios jugadores verdiblancos en voz baja, quizás para autoconvencerse y coger fuerza ante la caldera que hoy les espera. Sin embargo, Osasuna contrarresta ese dato sintiéndose provisionalmente triunfador moral después de aquel gol postrero de Pandiani en El Sardinero.

Lo cierto es que, sensaciones subjetivas aparte, sólo las estadísticas (siempre tan objetivas) arrojan diferencias a favor del Racing. Éste ha ganado las tres últimas veces que jugó en Pamplona. Por 0-1 hace tres años, el día del ultimátum a Portugal (Luis Fernández estaba atado), 0-2 un año después con Marcelino y 0-1 con Muñiz. Desde entonces ese estadio es el Reyno de Cantabria.

La otra lectura.

Osasuna analizará los datos con otra lupa, pues al calor de su estadio se siente fuerte. Por eso memorizará los enfrentamientos que esta noche le darían el pase a semis. El último que le favorece fue en 2005 (1-0).

Camacho se aferrará a su ataque de lujo con Masoud y Camuñas como puñales, Pandiani con su rifle y Galán con el estoque. Por su parte, Portugal sólo tiene la duda de dar continuidad al resucitado Coltorti o premiar a Mario por haberles salvado en eliminatorias anteriores. Y, cómo no, también confiará en la magia de Canales para sentenciar. Una perla que debutó en la élite en el Reyno y que hoy vestirá de blanco inmaculado por primera vez. Lo dicho, una cita ineludible.

Turienzo Álvarez ya les pitó en un empate a cero

El árbitro de hoy, vasco pero adscrito al colegio castellano-leonés, sólo ha dirigido una vez a estos dos equipos juntos. Fue un Racing-Osasuna disputado el 12 de noviembre de 2000 y el resultado fue de empate a cero. Al equipo cántabro le ha pitado en 18 ocasiones con un balance de seis victorias, cuatro empates y ocho derrotas. Fuera de casa los números son peores con el de Barakaldo. El Racing ganó dos veces, empató otras dos y perdió cuatro veces. Por su parte, ha dirigido a Osasuna en 16 encuentros seis victorias, cuatro empates y seis derrotas. En el Reyno, cuatro triunfos, un empate y cuatro derrotas.