Molina rompe el fortín

Anoeta ya no es territorio inexpugnable. Ni para el Elche ni para ningún otro equipo de Segunda División esta temporada después de que ayer, el conjunto ilicitano consiguiese un triunfo de prestigio que le permite seguir dando coletazos en la lucha por la tercera plaza. Es la primera victoria de su historia en San Sebastián y el Elche es el primer equipo capaz de derrotar a los de Lasarte en su feudo. Las muchas adversidades que acumulaba el equipo de Bordalás no fueron un obstáculo para que Molina, de penalti, marcara su undécimo gol y le diera la victoria a su equipo. Triunfo moral, con justicia y, sobre todo, de mucho mérito.

El resultado quedó marcado por una absurda jugada del chileno Claudio Bravo. El portero de la Real Sociedad saltó al campo dispuesto a tener el día tonto. Nada más comenzar el partido, ya avisó de lo que sucedería instantes más tarde, en una acción en la que comprometió a su defensa jugando el balón como un futbolista de campo más, en las inmediaciones de su área. No contento con ello, en el minuto 9 trató de regatear en su área a Trejo y el argentino le robó la cartera y el campeonato de invierno. Bravo agravó su fallo agarrando y derribando al jugador del Elche. Penalti, expulsión y gol.

Al Elche le tocó asumir el papel inverso al de encuentros anteriores: jugar con superioridad numérica. La Real Sociedad no entregó la cuchara y tuvo sus ocasiones para empatar antes del descanso. Los de Bordalás trataron de mover la pelota en zonas cómodas para propiciar que el rival saliese de atrás aunque lo hicieron con el riesgo de perder cualquier balón y poner en apuros a Willy Caballero.

Elustondo, de cabeza, y Carlos Bueno, con la rodilla tras un error de Martí Crespí, estuvieron muy cerca de marcar. Sin embargo, la oportunidad más clara de la Real llegó, otra vez, desde el punto de penalti. Juli llegó tarde a despejar un balón y derribó a Carlos Martínez. Pero Bueno lanzó fuera, casi al filo del descanso. Por suerte, se repitió la historia de Murcia.

La segunda mitad comenzó con un Elche más envalentonado, quizás por la arenga de Bordalás en el vestuario. Trejo y Juli, que obligó a la estirada de Zubikarai, dispusieron de las mejores oportunidades para sentenciar.

Roja.

Pero el empuje sólo duró un cuarto de hora, el tiempo que tardó el árbitro en aplicar la triste ley de la compensación. Expulsó injustamente a Juli. Diez contra diez, el efecto anímico jugó a favor de la Real. El Elche se encerró y su objetivo se limitó a achicar agua. Pese a todo, el equipo vasco apenas tuvo opciones claras de empate y el resultado ya no se movió. El Elche termina la primera vuelta a cuatro puntos del ascenso.