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Liga BBVA | Decimonovena jornada

Multifútbol

Llegada al ecuador, la Liga comienza a volverse de verdad 'bipolar'. Barça y Madrid alargaron la ventaja sobre sus perseguidores por el empate del Valencia en Tenerife. El Sevilla ganó tras cuatro derrotas mientras el Atlético se sigue autodestruyendo. Debutó con derrota Gorosito en un Xerez que parece ya desahuciado.

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Una lámpara que se llama Jarosik

Hay porqués a la galopante y ya casi crónica crisis del Zaragoza, motivos para denunciar que en La Romareda se hacen bastantes cosas al manotazo. Fíjense por ejemplo en Jarosik, ese gigante rubio persiguiendo sombras por El Madrigal. Un futbolista checo que va de vuelta, con 32 años. Un tipo que jugó de medio defensivo durante la mayor parte de su carrera y al que el Krylia Sovetov puso de defensa porque no daba para más kilómetros. Unos ratitos en la zaga del equipo ruso han bastado para que picara algún ojeador del Zaragoza, a través del vídeo o dándose el viajazo padre a la madre Rusia. Lo explicaba bien Rafa Benítez, cuando se encontraba en el Valencia: "Pedí un sofá y me trajeron una lámpara". Las lámparas, al menos, alumbran. A ver a dónde colocan ahora a Jarosik.

Entrenador extraño, derrotas seguras

¿Entrenador nuevo, victoria segura? No en ese Xerez de locos, capaz de importar desde Argentina a un entrenador que sólo conocía la Liga española de vistas y oídas. No se trata de xenofobia, sino de sentido común. Gorosito se llama y cobra el doble que muchos de los competentes técnicos, nacidos aquí o fuera, pero que se sentaron una o 10 veces en los banquillos de la Liga y ahora viven los domingos por televisión. La grada jerezana, con su rechifla, apodó a Gorosito 'Capullo de Xerez' por su extraordinario parecido con un cantaor flamenco. Pero el cante, en este caso, lo ha pegado la directiva azulina. Entrenador extraño, derrotas seguras.

La banda zurda se queda sin Filipe Luis

La imagen de un futbolista con la pierna colgando volvió a dejarnos sin aliento. Más aún cuando el protagonista, Filipe Luis, llevaba dos años y pico, 82 partidos sin perderse una cita liguera con el Depor. Más aún porque aspiraba a ocupar el lateral izquierdo de Brasil durante el Mundial de Suráfrica. Más aún porque Lendoiro esperaba aliviar los problemas económicos con su traspaso, le quiso el Barcelona y le pretendía el Madrid. Te echará de menos la banda izquierda de Riazor, Filipe en defensa y Luis en ataque, te ganaste el derecho a que te llamemos carrilero. Ánimo. Toma aire estos cuatro meses y vuelve para no perderte ni un partido más.

De gea, un héroe bajo sospecha

El crecimiento de un portero que va para grande, David de Gea, se ha producido entre dos resultados decepcionantes, un empate ante el Celta en la Copa y una derrota contra el Getafe en la Liga. La jornada, además, deja a los pies de los caballos a Sergio Asenjo, meta fichado para convertirse en el Casillas rojiblanco y al que Quique Flores señaló, tal vez definitivamente, con la culpabilidad de la suplencia. Ni siquiera las noticias agradables son buenas del todo para ese Atlético empeñado en autodestruirse, donde la cal tiene como hermana siamesa a la arena. Donde los héroes, como De Gea, suelen vivir bajo la sombra de la sospecha.

La gran 'stamina' de Dani Alves

A sus 26 años, después de haberlo ganado todo y de lograr en el Camp Nou el contrato de su vida, de Dani Alves se esperaría más tranquilidad, algo de dosificación, el no jugar siempre a 200 por hora. Pero ocurre todo lo contrario: el brasileño se empeña en subir sus límites de velocidad, porque lo lleva en el carácter y, seguramente, porque le quiere poner las cosas muy difíciles a Dunga, su seleccionador, que sigue confiando un poquito más en el interista Maicon, compatriota y gran rival de Dani por el virtual título de "mejor lateral del mundo". Dani posee mucho de lo que los ingleses denominan stamina y aquí verbalizamos como empeño, testosterona o fuerza vital. Resulta curioso comprobar cómo ese Barça de seda, que circula al ritmo de los metrónomos Xavi e Iniesta, necesita tanto y tantas veces de Alves para acelerarse el pulso y dar ese extra que a menudo requieren la mayoría de los rivales, aunque sobre el papel y en la práctica se muestren tan inferiores como lo hizo el sábado el Valladolid.

Volvió Negredo

El sábado, Negredo se la lió a los compañeros que antes le asistían con la mejor actuación que se le ha visto de sevillista. Hizo un tanto, tuvo más y mejor movilidad, y fabricó alguna ocasión desperdiciada por algún compañero o por él mismo. Tan enredado con el gol, tan a la sombra de los piropos que le dedicamos (con razón) a Kanouté y Luis Fabiano, Negredo se perdió para la causa hasta que ha sentido la cercanía de días mejores al enfrentarse al Almería, luna llena para ese hombre-lobo goleador que sin duda Álvaro lleva dentro. Porque en Almería fue donde, a base de golazos, el vallecano provocó la repesca del Real Madrid y su posterior fichaje a golpe de talonario por el Sevilla. El gol huele, nos contagia. Despierta a los delanteros como la sangre a los mejores depredadores.

La suerte, en fútbol, la pone el goleador

Alfaro se planta solito ante César, pero estrella el balón contra el portero extremeño. Oltra le mira con resignación: desesperado ya de desesperarse por cómo desperdicia ocasiones de gol su Tenerife, una máquina de fallar ayer ante el Valencia, ante el Barça, ante la mayoría de los equipos de la categoría. El técnico le echa las culpas a la "mala suerte", pero la suerte, en fútbol, también se puede comprar. Puede tener forma de goleador. Y cuesta muy cara cuando se tiene prisa.

El personaje: Guti

El Bernabéu dictó sentencia mientras le despedía con aplausos: Guti, titular. Tan discutido como indiscutible, el de Torrejón demostró lo que se barruntaba, que el Madrid necesita un armador de genio. De sus botas nacieron los dos goles blancos. Ahora se le pasarán las ganas de marcharse. Lo de siempre: los futbolistas negocian mal con la crítica y peor con el banquillo.