Copa del Rey | Atlético 1 - Celta 1
Baño del Celta, salvador De Gea
Trashorras, fantástico, marcó nada más empezar. Tiago empató muy pronto. Los vigueses jugaron de lujo. El meta local dejó vivo a un horrible Atleti
Por delante, el Celta, un ejemplo de estilo. Eusebio le ha puesto a jugar como si fuera el Barcelona: 4-3-3, el balón en el suelo, toque, talento y juventud. Así anda rondando el descenso en Segunda, donde la fuerza manda, pero es enfrentarse a un Primera y brillar. Así eliminó a Tenerife y Villarreal y ayer dio media estocada al Atlético. Y los de Quique pudieron marcharse contentos, porque de no ser por las paradas de De Gea (que calienta el debate sobre si el titular debe ser Asenjo o él) y cierta ingenuidad de los celestes en la definición, el Celta habría sentenciado la eliminatoria. Ahora, al Atleti le toca otra vez remontar, pero poco. Para tener la Copa entre ceja y ceja, la arriesga como si no le importara.
Porque en tres minutos ya había lío montado. A los 40 segundos, Raúl García agarró a Michu dentro del área sin que Undiano pitara, pero al Celta no le dio tiempo ni a enfadarse. Dos minutos después, Aspas se inventó un taconazo genial en la frontal y dejó solo a Trashorras para que superara a De Gea. Colaboraron, cómo no, los defensa locales: Domínguez se resbaló y Pernía... Bueno, no sé muy bien dónde estaba Pernía, pero en su sitio no, eso está claro.
El gol espabiló un poco al Atleti, que volvió a salir como si la cosa no fuera con él. La presencia de Tiago dotó de algo de sentido a su juego, pese a que Raúl García estaba perdido haciendo de Assunçao y Jurado no ofrecía ayuda como enganche. Una arrancada de orgullo de Ujfalusi obligó a Yoel a despejar a córner. Lo sacó Reyes y Tiago se elevó por encima de Lago, más preocupado de tirarse que de despejar, y cabeceó a la red. El Calderón pensó que todo volvía a su orden natural, pero Trashorras tenía otros planes.
El gallego es uno de esos talentos puros que promete durante años y sólo cumple durante minutos, pero a los 28 años parece haber encontrado su sitio en Vigo. Ayer dio una exhibición. No es un atleta, así que logra que la pelota llegue a él y no al contrario. A partir de ahí, crea. Siempre eligió bien si pase corto, largo, regate o disparo. Y a balón parado fue un escándalo. Tiró doce córners y seis faltas laterales y todas fueron peligrosas, pero al Celta le faltó un rematador para aprovecharlas.
Con Aspas, Michu y Dani Abalo ayudando a Trashorras y Pernía y Perea colaborando con sus números circenses, el Atleti ya no volvió a ver la pelota más que para despejarla lo más lejos posible y rezar que le cayera a Kun, abandonado a su suerte. En el descanso, Quique lo vio tan negro que recurrió al renqueante Forlán, pero nada cambió. Si acaso empeoró según Tiago se iba quedando sin gasolina.
Dominio.
La segunda parte se jugó en área rojiblanca y ahí se redimió algo Perea, que sacó varios balones asesinos. Pero el protagonista del asedio fue De Gea. Dos veces se quedó Aspas ante él, las dos salió triunfador el portero. Y si esperan ocasiones del Atleti les diré que sólo tuvo una, que Forlán estrelló en un defensa. Lo más rojiblanco que se vio fue el ramo de flores en honor de Pantic que chupó cámara cada vez que Trashorras sacaba.
Y así, los 40.000 rojiblancos que cogieron frío en el Calderón se fueron de nuevo sintiéndose estafados. Son las cosas de este Atlético que rara vez da lo que se espera, sea bueno o malo. Ahora le tocará arreglar en Vigo lo que él mismo ha roto. Otra vez. Cualquier cosa es posible. Cualquiera.