La Champions viaja al Ono

El Mallorca sigue haciendo historia con el fortín del Ono Estadi como gran estandarte. Ayer visitaba el estadio bermellón el Deportivo, el otro equipo junto a los de Manzano que se ha colado en la fiesta de los grandes, y salió trasquilado. Los locales fueron amos y señores del partido y le robaron a los coruñeses la dulce posición de Champions, que ocupaban hasta el naufragio de ayer.

Se dice que hasta ahora los grandes no han visitado el Ono, pero cuando lo hagan, que tengan cuidado. El Mallorca, con una presión asfixiante y constante, aniquiló cualquier amago de ataque del Depor. Pero quizás lo más impresionante fue ver cómo la gran solidez defensiva de los coruñeses, que llevaban más de tres partidos sin recibir un gol en Liga, se diluía con una facilidad asombrosa. El primero en avisar fue Julio Álvarez, que mandó un balón al palo cuando sólo habían transcurrido diez minutos. Luego fue Borja Valero, el omnipresente Chori Castro en dos ocasiones, Aduriz y Mario Suárez, los que tuvieron en su botas el primer gol.

En este primer tiempo, la falta de puntería y el acierto de Aranzubía, empeñado en seguir con su racha de imbatibilidad, fueron lo que aguantaron al Deportivo en el partido. La superioridad local era aplastante, y puede que buena parte de culpa la tuviese el extraño planteamiento táctico con el que Lotina sorprendió a todos ayer. Ante el Valencia en Copa, Filipe jugó de interior y Manuel Pablo de lateral zurdo por detrás. Después de una primera parte para esconderse, la segunda fue de cine y clave para el pase a cuartos. Ayer parecía que Lotina seguiría apostando por esta fórmula, con los jugadores ya más aclimatados. Pero no. Filipe fue lateral izquierdo y Manuel Pablo derecho, pero a partir de ahí... Laure jugó de interior diestro, y claro, naufragó. Juan Rodríguez, aclimatado ya a la banda derecha, pasó a la izquierda. El malagueño, que acabó de pivote, está realizando una temporada magnífica y cumple donde lo pongas, pero fueron demasiadas pruebas ante un Mallorca que tiene las ideas muy claras.

En seis minutos.

El inicio del segundo tiempo fue un calco del primero, pero con una diferencia: el Mallorca tuvo premio. En el minuto inicial de la reanudación, Mario Suárez se aprovechó de un error en la salida de la defensa del Depor y batió a placer a Aranzubía. Los coruñeses pidieron falta previa de Aduriz sobre Lopo. Puede ser. Pero aunque lo fuese, desde luego no fue la jugada que decidió un partido de un solo sentido.

Por si alguien tenía alguna duda, el Chori la disipó sólo seis minutos más tarde. Aouate caza un córner, levanta la cabeza y lanza para el Chori. El uruguayo, listo como una ardilla, le gana la mano a un desafortunado Manuel Pablo para definir después con clase ante Aranzubía. El partido estaba resuelto, y así lo vio también Lotina. Después de dos cambios a la desesperada (Bodipo e Iván Pérez), dio entrada en el 70' a Juan Domínguez. Quedaban 20 minutos por delante y Valerón en el banquillo, pero... Puede ser que se piense en la Copa ante el Sevilla; puede ser que las bajas pasasen factura esta vez; puede ser el cansancio de tantos partidos de nivel agotase la voluntad del Depor. Puede ser todo, y posiblemente así sea. Y si no, desde luego un lunar como el de ayer no debe tapar el milagro que está logrando el Deportivo de Lotina esta temporada.

Claro que si uno quiere hablar de milagro, el Mallorca te lo pone fácil. Es el equipo de Primera que ha perdido más titulares tras el verano, el que más problemas económicos pasa; y ahí está, en Champions. La posición es merecida, porque después del triunfo de ayer los bermellones ya han firmado la mejor primera vuelta de su historia. A falta del partido ante el Espanyol en Barcelona, el Mallorca de Manzano suma 33 puntos, superando en uno la marca del histórico equipo que dirigió Héctor Cúper allá por la temporada 98-99. Y queda la Copa, y quién sabe si las semifinales volverán a enfrentar a Mallorca y Depor, dos revelaciones por méritos propios.

El detalle: Manzano entra en la historia del mallorca

Gregorio Manzano se convirtió ayer en el entrenador con más partidos en Primera en la historia del Mallorca. El técnico andaluz dirigió ayer su partido 185 en el banquillo bermellón y superó a Lorenzo Serra Ferrer, que había dejado su marca en la isla en 184.