Liga BBVA | Málaga 1 - Athletic 1
Iván, Llorente y la lió Burrull
El árbitro pitó un penalti muy dudoso del central sobre el delantero. Buen partido de Weligton, que hizo el 1-0. Los de Caparrós pagaron su ineficacia
Sigue la ola de frío en Andalucía. Se hace raro, pero es la verdad. ¡4 grados centígrados en Málaga! Y lluvia. El agua dejó el terreno de juego rápido, como le gustaba a Javier Clemente, aunque La Rosaleda no es precisamente una alfombra persa. Tan adversa meteorología no condicionó la actitud de Málaga y Athletic, quienes desde el principio propusieron un partido muy táctico. Muy físico. Juan Ramón Muñiz buscó de salida sorprender a las torres defensivas vizcaínas con una delantera de bajitos. De estilistas. Inédita. Forestieri-Benachour. Nada da nada. San José, Amorebieta y compañía no pasaban ni un sólo problema para contrarrestarles. Y Gorka Iraizoz, ni una sola intervención. Bueno, Munúa tampoco.
Y eso que el partido empezó de manera trepidante. A los tres minutos, en una jugada de estrategia pionera en el Málaga, Duda sacó un córner abierto buscando la carrera de Mtiliga. El danés, sin pensárselo dos veces, lanzó un durísimo disparo raso que se estrelló en la parte baja del poste. Susto para Joaquín Caparrós que, seguro, puso a 300 las 160 pulsaciones que el utrerano, dicen, da en el transcurso de un partido.
El Athletic siguió a lo suyo. Y respondió. A los 19 minutos, Fernando Llorente dejó con el pecho un primoroso balón a Toquero que se encontraba en inmejorable posición. Su disparo cruzado superó a Munúa, pero se estrelló en la base del poste cuando el gol estaba cantado. Empate parcial a postes.
Juego táctico. Partida de ajedrez. Las defensas se imponían a las delanteras. Si la dupla malaguista adolecía de pólvora, su contrario tampoco le iba a la zaga. Llorente tropezaba con Iván o con Weligton, y siempre sufría. Lo de Iván González es impresionante. Este joven canterano jugó su séptimo encuentro y parece que lleva toda la vida. El pasado viernes renovó hasta 2013 con una cláusula de seis millones de euros. ¡Gran inversión! Por contra el Athletic echó en falta a Iraola, sustituido en el descanso, por problemas estomacales (pidió el cambio).
El comienzo de la segunda parte no pudo ser mejor para el Málaga. Minuto 48. Falta lateral que sacó Duda y Weligton, con inteligencia y astuto, peinó levemente la pelota que se alojó en el fondo de las mallas. Es el primer gol que marca el central brasileño en La Rosaleda y su tercero desde que está en España.
Y los de Caparrós se estiraron. ¡No les quedaba otra! Dio un primer aviso a los 56 minutos con un lejano disparo de Javi Martínez que Munúa blocó mal. El balón se le quedó muerto a Susaeta que no se esperaba semejante regalo. Echó la bola fuera. A los 66 minutos el cancerbero uruguayo hizo un paradón escalofriante a un cabezazo de Llorente. De esta manera, Caparrós decidió jugarse el todo por el todo apostando por el desparpajo y el talento sobrenatural de Muniain. Era el minuto 70 y los vascos ya se lanzaban a tumba abierta mientras que un enervado Muñiz daba a sus jugadores la siguiente consigna: "No se encierren, salgan para delante". Pero la inercia dictaba otra realidad. El Athletic tenía embotellado a su contrario. Pero con demasiadas imprecisiones y escasos argumentos para jugar el balón con criterio.
Pero a los 77 minutos se produjo la jugada polémica. Forcejeo dentro del área entre Iván González y Llorente. El de Torremolinos despejó el balón y de manera sorprendente, Pérez Burrull pitó penalti. Indignación en La Rosaleda y gritos clásicos de "¡corrupción en la Federación"! El colegiado cántabro no se apiadó. La verdad es que estaba encima de la jugada. Amarilla para Iván. Llorente, con maestría, incrustó el 1-1, a pesar de que Munúa se tiró bastante bien. Muñiz reaccionó poniendo a Edinho. Demasiado tarde. Le echó a los leones (nunca mejor dicho). En suma. El Málaga lleva ocho jornadas sin perder (siete de ellas empatando) pero sigue en descenso. Y el Athletic más 'caparrosiano', a lo suyo... a sumar puntos y a esbozar de soslayo la ilusión de poder meterse en Europa.