Más que a vida o muerte

Para Murcia y Elche sí que cualquier tiempo pasado, de verdad, fue mejor. Vecinos-enemigos íntimos, sobreviven en su duro presente recordando los unos a los Lico, Marcial y demás íconos franjiverdes; a los Guina, Figueroa, a los más recientes Pedro León, Iván Alonso... y hasta al Loco Acciari, que es el puente de plata entre el Elche de hoy y el Murcia de hace dos días. Sí, definitivamente, Elche y Murcia son primos. Se parecen horrores: con una historia en Primera graciosa, en los años del expansionismo del zapato, luego del boom inmobiliario... fueron ricos por un momento (o eso pensaban cuando se metieron en gastos insoportables) y ahora son como esos aristócratas con más glamour que poderío real.

Pensar que el duelo será algo más que bronco es demasiado. Se juegan tanto... y además, no tienen tanto fútbol como para pensar que amén de cazar puntos puedan regalar espectáculo. Encima, los locales en cuadro y los otros con Santos (que es de lo poco talentoso que hay en Segunda) de suplente, con varios descartes y con la depresión de quien sabe ha tirado por la borda la espectacular remontada de los primeros días de Bordalás.

Con cambios en todas las líneas, Jose apuesta por los chavales: Sergio y Kike (con Chando arriba para cubrir la ausencia de 'Natagol') y Pico y Aguilera en el banco. Los demás, los supervivientes. En el Elche, el debut de Charpenet y con la apuesta por lo que mejor saben hacer: marcar para pescar en casa de un vecino al que una derrota dejaría con la bombona de oxígeno. Eso sí, un triunfo grana le acercaría a una salvación que es, hoy por hoy, la única realidad de estos dos iguales, de estos aristócratas que como los abuelitos cebolletas se agarran a gloriosas historias del pasado a falta de gestas del presente.