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Liga BBVA | Real Zaragoza

El Zaragoza se debate entre luces y sombras

El empate con el Deportivo ha tenido un impacto más psicológico que cuantitativo: el Zaragoza está un punto más lejos de la línea de permanencia y acumula una sola victoria en once partidos de Liga. Mejoró sin la pelota, pero debe perder rigidez con ella y necesita calidad en el ataque.

<b>CARRIZO: LA PUERTA QUEDÓ A CERO DESPUÉS DE TRES MESES</b> El portero argentino volvió a la titularidad y resolvió con acierto las escasas acometidas del Deportivo. El remate fi nal de Guardado, lo más peligroso, lo encontró bien colocado y lo resolvió sin difi cultades. Salió arriba con autoridad en un par de ocasiones, atendió veloz a los balones largos y participó de la impresión general de mejora del trabajo defensivo.

La leve mejoría del Real Zaragoza en el segundo partido de José Aurelio Gay fue un pequeño paso con más impacto psicológico -el que supone haber frenado la sensación de derrumbe de los últimos dos meses y medio- que futbolístico. Los resultados (una victoria en los últimos once partidos de Liga) han arrastrado al equipo a una penúltima posición de la que le va a costar salir. Como fórmula de recuperación, Gay ha resuelto empezar por mejorar atrás, contener la sangría de goles, prescindir de los que van a salir y aguardar fichajes.

Hay una ruptura evidente: Ayala, López Vallejo, Gabi, Ewerthon y Jorge López han cedido protagonismo. Los tres primeros eran, aún son, capitanes con Marcelino. Dos se van. Gabi ha pasado al banquillo. Atrás, empezando por Carrizo y con el nivel que dieron Goni y Pulido, la sensación fue menos permeable. Las ausencias de Pablo Amo, Pavón y Laguardia simplificaron la elección, pero el partido con el Deportivo reivindicó a los zagueros: primer partido con la puerta a cero desde el 27 de septiembre (3-0 al Getafe).

Despliegue.

El 4-3-3 se reveló un sistema factible tras el desastre del Bernabéu. Exige más compromiso físico a los futbolistas: Abel Aguilar y Ponzio se dieron una paliza para tapar las bandas del Depor. Pennant corrió más que nunca en dirección contraria. Gay quiere que el equipo le busque más en ataque y que Arizmendi tenga menos la pelota entre los pies y acuda más al remate. La rigidez con la pelota también se quiere corregir. Aunque es difícil en la situación actual, los técnicos quieren que el jugador disfrute del fútbol y que el equipo maneje la pelota y la toque. Que la tenga. En ese sentido, la labor de Ander como eje fue magnífica, aunque se trató de un arreglo de circunstancias.