Liga BBVA | Racing 2 - Tenerife 0
Colsa dirige, Xisco mata y Oltra sufre
El Racing deja atrás a un rival directo Gonzalo abrió la lata y el balear sentenció tras suplir a Tchité. El Tenerife tuvo sus opciones y no supo machacar.
El Racing respira aliviado tras haberse reencontrado, de golpe y porrazo en este nuevo año, con su añorada estabilidad en casa, con el olfato goleador que tanto necesitaba y, sobre todo, con el lugar en la clasificación que mejor se adapta a sus posibilidades. Y eso que, por momentos, el partido pintaba igual de mal que hace pocas fechas, ya que sólo la magia de Canales maquillaba un mar de imprecisiones y carencias técnicas que impedían a uno y otro equipo ser acreedores a la victoria.
El Tenerife llegó vivo al segundo tiempo con su buena colocación y poca mordiente. Porque su adversario le dominó en los primeros cuarenta y cinco minutos, aunque sin llegar a herirle. En esa primera parte, el conjunto de Portugal dejó entrever una mejoría respecto al pasado más cercano, en cuanto a conceptos y movimientos se refiere. Del abuso del patadón directo y frontal del año que nos abandonó hace poco, pasó a querer hilvanar con Colsa a los mandos y a buscar a un referente que abra huecos con pocos toques: Canales.
El canterano ilumina con un solo gesto el rumbo ofensivo de su equipo hasta que le dura la gasolina y si no brilla más es porque Tchité, su pareja de ataque, sigue sin aprender qué es un fuera de juego y lo que aún es más grave y fácil de entender: que devolverle el cuero al compañero de la mejor manera es el requisito mínimo que se le exige a un jugador de Primera. Y él no sólo no lo cumple, sino que a su edad, jamás lo adquirirá ya.
La finalización es lo único que le faltó al Racing en ese intervalo de tiempo, por lo que únicamente gozó de una clara ocasión en botas de Colsa. Sin embargo, su disparo desde la frontal sólo acertó a silbar el larguero. El Tenerife estaba jugando con fuego con una defensa tan adelantada, pues aunque el sistema es antiguo y eficaz pierde su valía si el centro del campo no presiona. Y ahí es donde Ricardo y Mikel Alonso se vieron demasiado desasistidos porque Kome no ayudó a robar y Alfaro parecía haberse declarado en huelga. Sólo salvó a los canarios, que Serrano también estuvo ausente y, sin su chispa ni la de Tchité, no había nadie que superara esa barrera de paja.
El socio perfecto.
Si en este primer asalto el Racing mereció arañar algo por presencia e insistencia, y no lo consiguió; en el segundo sucedió lo contrario. Mucho premio para tan pocos méritos. Los de Oltra ya no sólo estuvieron bien asentados sobre el césped sino que, además, se animaron a desplegarse con velocidad. Lástima que erró las tres ocasiones que tuvo. La primera por la bisoñez de Kome tras un fallo estrepitoso de Coltorti, en la segunda tras un paradón del portero verdiblanco a disparo del ex sevillista Alfaro y en la última porque a Mikel Alonso le faltaron tres centímetros para culminar una perfecta diagonal.
Entonces fue cuando el Racing despertó, entendió el problema en el que se podía meter y reaccionó. En una jugada aislada, Colsa rompió el empate desde el corazón del área tras un preciso servicio atrás de Munitis. Un capitán al que habrá que corearle con sorna lo que a su amigo, el madridista Raúl: "El que nunca hace nada...". Muchos le critican por hobbie pero siempre aparece en los momentos decisivos.
Los locales no se conformaron y aprovecharon el desmayo del Tenerife para sentenciar con un zarpazo de Xisco. La jugada debería ser patentada por un modesto como el Racing: robo perfecto, contra vertiginosa y finalización mortal con un quiebro torero a Luna y una definición exquisita. Un bello gol que le sirvió y servirá al Racing para infinidad de cosas. La más importante, para desmoralizar a un rival directo como el Tenerife, que regresa al pozo. Aunque también valdrá para maquillar los sustos que da Coltorti, para borrar el mal partido de Lacen y Serrano, para relanzar el proyecto de Portugal y, ya de paso, para recordarle que el 'nueve' que busca es balear.
El detalle. Seve ballesteros regresó al palco
Severiano Ballesteros regresó a El Sardinero para ver ganar a su equipo, el Racing. El ex golfista cántabro llevaba varias jornadas sin acudir al estadio debido a que continúa luchando para superar definitivamente el tumor cerebral que le diagnosticaron el año pasado. Iván Gutiérrez, el ciclista de Hinojedo, también vio el partido en directo.