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Liga BBVA | Getafe 1 - Valladolid 0

Casquerazo y el Getafe a las puertas de Europa

Justo Villar evitó una goleada. Gol mal anulado a Bueno

<b>GOLAZO. </b>Manu centró desde la izquierda y Casquero remató con fuerza a la carrera. Dedicó el gol a su hijo Kiko.
GOLAZO. Manu centró desde la izquierda y Casquero remató con fuerza a la carrera. Dedicó el gol a su hijo Kiko.

Casquero le puso perfume a la victoria del Getafe. Cuando parecía que el partido acabaría 0-0 y cuando Justo Villar era el mejor del encuentro al parar cuatro o cinco goles cantados, surgió Casquero y le robó la etiqueta de héroe marcando un solemne gol. De los suyos, de esos que pega al balón que lo descose y de los que no queda más reacción que levantarse y aplaudir.

Fue al final, pero el Geta lo había intentado mucho antes. Soldado tuvo ocasiones para hacer otro hat-trick, pero esta vez le frenó Justo Villar. También remató Boateng, de cabeza, Gavilán, Albín y Pedro León, de falta. Tuvieron intención pero no acierto.

El Valladolid quedó descosido por las bandas, por donde entraban como puñales Gavilán y Pedro León, pero también tuvo sus ocasiones, buscando área con centros de Nauzet, Canobbio y Bueno y con remates de Sesma y dos consecutivos de Borja a la media hora.

Su situación cómoda hace que el Getafe juegue sin necesidad ni obligación. Juega suelto y liberado, aunque con un fútbol todavía invertebrado. Definitivamente, Parejo es mejor cuando juega cerca del área, pero llevar el peso del juego, ser el eje del centro del campo le supera. Para suerte de Míchel, Boateng no se fue a la Copa de África. El ghanés está en un momento brutal, un madelman que todo lo lucha y el reparador de las ausencias de Parejo y de las alegrías de Gavilán y Pedro León.

Polémica

La segunda parte arrancó con color visitante. Después de que Justo Villar le sacase un mano a mano a Soldado, Bueno acertó a batir a Codina. El árbitro vio un fuera juego, inexistente y decidió anular el tanto. Ahí se acabó el Valladolid, que echó de menos a Diego Costa, y pese a que Mendilibar sacó a su talismán, Medunjanin, delantero que tiene la costumbre de marcar en el último minuto de partido.

Míchel interpretó entonces que era el momento de dar el tiro de gracia al rival y sacó a Casquero y a Manu. La decisión no pudo ser más afortunada, pues a siete minutos del final una internada del jienense propició el golazo de Casquero. Lo gritó con rabia el jugador, con alegría el Coliseum.