Cruchaga, de capitán a forofo

Hace siete meses que César Cruchaga dejó de ser futbolista profesional. El 31 de mayo de 2009 jugó su último partido... ante el Madrid y con el final que siempre había soñado. La victoria ante los blancos (2-1) le dio la permanencia al equipo de su vida. Los aficionados congregados ese día en el Reyno le tributaron una espectacular ovación. No pudo reprimir las lágrimas. A las pocas semanas, el que fuera capitán de Osasuna recibió un multitudinario homenaje en Peralta donde, curiosamente, se encuentra una de las peñas madridistas más activas de Navarra. Los meses que han seguido a su retirada los ha dedicado a hacer cosas que su carrera futbolística le impedía, como correr encierros o practicar deportes de riesgo. Ahora, está inmerso en poner en marcha un centro de pádel que abrirá en febrero, en Mutilva.

Aficionado.

Mañana vivirá su primer Osasuna-Madrid en la grada, como forofo rojillo. Cruchaga tiene claro que las ganas de que los puntos se queden en casa van a ser las mismas de siempre. Eso sí, echará de menos no poder estar sobre el terreno de juego: "Te da morriña y un poco de pena saber que ya no vas a poder jugar este tipo de encuentros". El navarro verá el partido en la grada, con sus amigos de siempre, y no faltará el bocadillo, ni la bota de vino, teniendo en cuenta la hora de la cita (21:00h., Canal+).

Y en ese nuevo escenario sufre como el que más, aunque, como él asegura, parte con ventaja: "He vivido la otra parte del fútbol y, por eso, entiendo mejor algunas cosas. Suelo defender a los jugadores". Inevitablemente, mañana le vendrá a la memoria el último enfrentamiento frente al Madrid, el de su adiós. Así lo recuerda Cruchaga: "Fue la despedida ideal. Dejé al equipo en Primera. Desde luego que de ese partido tengo un recuerdo inolvidable". Como el 0-3 en el Bernabéu en la temporada 03-04, o la Liga que ganaron los madridistas en el Reyno hace dos campañas con la Segunda amenazando a los osasunistas. Mañana añadirá otro, aunque ya como hincha.