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liga bbva | barcelona 1 - villarreal 1

Fuster desluce la fiesta de las seis copas

Los dos primeros puntos ligueros en volar del Camp Nou ponen rumbo a Villarreal tras un partido en el que los de Valverde demostraron que son uno de los equipos más en forma del campeonato tras su pésimo inicio. Pedro marcó, González Vázquez no vio un penalti de Alves a Marcano y Fuster hizo justicia para un Villarreal que discutió el dominio y la posesión a un Barcelona que recurrió, sin éxito, a Iniesta en el segundo tiempo.

<strong>MAL DÍA.</strong> Ibrahimovic tuvo un mal día y el Villarreal tuteó al Barça y pescó dos puntos en el Camp Nou.
MAL DÍA. Ibrahimovic tuvo un mal día y el Villarreal tuteó al Barça y pescó dos puntos en el Camp Nou.

Los viejos lobos del fútbol suelen renegar de los fastos antes de la competición. La fiesta por un lado, la obligación por otro. Desde esa perspectiva el partido era peliagudo para el Barcelona, ya que llegaba precedido por la celebración de las históricas seis copas y ante un Villarreal al que se le da de maravilla el Camp Nou. En su haber cuenta con pequeñas chinitas en el camino del Barça, desde la victoria de la pasada temporada que atrasó el Alirón al detalle de ser en ganar al equipo azulgrana en el primer partido de un año, 2005. Esta vez no ganó pero arañó un empate con sabor a victoria en un Camp Nou donde todos los partidos de Liga se contaban hasta ahora por triunfos locales y ante un Barça embalado y con ocho victorias seguidas en su haber entre Liga, Champions y Mundial de Clubes.

La pequeña gesta del Villarreal tuvo dos caras: David Fuster y Ernesto Valverde. El técnico rubricó la solidez de su obra, premio a la tranquilidad con la que se vive el fútbol en Villarreal. Tras un inicio pésimo y una traumática transición desde la dulce 'era Pellegrini', Valverde se ha hecho con las riendas de un equipo que vuelve a jugar al fútbol con gusto y personalidad, marca de la casa amarilla. El Camp Nou fue escenario de lujo y testigo de esa mejora que tiene a los castellonenses embalados hacia la zona europea. David Fuster, por su parte, también eligió un escenario perfecto para lucir la clase que destiló en la Liga Adelante durante la pasada temporada. Cerca de los 28 años, se marcó un partido tremendo en el que se filtró entre líneas, tocó el balón y agitó el juego. Suyos fueron los mayores méritos y las mejores ocasiones y suyo fue el gol del empate, con la zurda y a pase de Cani, otro que se reivindicó.

Problemas y bajas en el Barcelona

¿Y el Barcelona? Algunas luces y un buen puñado de nubarrones. Sin la 'guardia africana', sin Messi y con Iniesta en la recámara, permitió un partido extrañamente agitado, sin el control total con el que suele manejarse. Ahí estuvo el mérito de un Villarreal que con personalidad, temple y fútbol puso en solfa a un Barça que no encontró a Xavi o a un Ibrahimovic que lleva algunos partidos con el ángel en huelga. Jonathan Dos Santos entró y trabajó a destajo en una medular en la que Busquets sostuvo a un equipo que tuvo como mejor argumento la movilidad de Pedro y las incursiones por banda de Alves y Henry, que jugó uno de sus mejores partidos del año, bendecido por los espacios que se abrieron a la espalda de la valiente defensa del Villarreal.

Porque el equipo castellonense calcó algunos de los principales argumentos que definen al Barcelona: adelantó la defensa y mordió en la presión, obstruyendo la circulación rival. Cuando robó el balón tocó sn complejos y con personalidad. Fruto de eso el partido fue de ida y vuelta, con alternativas y ocasiones en las dos áreas y con el mensaje de que al Barcelona se le puede hacer daño con armas distintas a la muralla y el patadón. El fútbol también sirve y quizá la lección sirva para algunos, y pienso en el Inter, que con más recursos y más presupuesto juegan al escondite cuando llegan al Camp Nou.

El Barcelona se adelantó por medio de Pedro, unas veces encargado de abrir latas y otras de cerrar finales pero siempre protagonista. El canario remachó un remate brutal de Henry a la escuadra y abrió unos minutos en los que su equipo durmió el partido en su línea habitual, justo hasta la rebelión del Villarreal, que no bajó la guardia y se lanzó al intercambio de golpes. Antes del descanso, Henry pudo poner tierra de por medio en un par de acciones pero también se pudo adelantar el empate: Fuster falló a bocajarro y González Vázquez no vio un agarrón de Alves a Marcano dentro del área en una jugada a balón parado. El gallego también estuvo tibio con las tarjetas: pudo expulsar a Puyol por doble amarilla y a Ibrahimovic por una fea entrada en el tramo final, señal de la impotencia del sueco en una noche en la que se le esperaba al mando del ataque ante la baja de Messi y la suplencia de Iniesta.

El manchego entró en el segundo tiempo y dio aire al Barcelona y chispa a una grada hasta entonces pasiva, casi ausente pese a los apuros de su equipo. Con Iniesta el Barcelona fue más vertical en su estampida final, en la que encerró a un Villarreal agotado y pudo ganar el partido con ocasiones de Ibrahimovic o el propio Iniesta y unos cuantos zafarranchos en el área a balón parado. Pero también lo pudo perder en un toque sutil de Rossi que Puyol, de profesión apagafuegos, sacó bajo palos.

El empate final suena justo y premió a un Villarreal que mantuvo su personalidad pese a la figura imponente de su rival, ante el que demostró que el fútbol también puede ser un argumento contestatario. Sin Messi y muchos minutos sin Iniesta, sin el trabajo de Keita o Touré, el Barça tuvo problemas y pudo ganar igual que pudo perder, lo que es noticia en el Camp Nou. Tuvo ocasiones pero también las concedió en un partido de alternativas y un puñado de malas decisiones arbitrales, las principales contra un Villarreal que pescó en Barcelona y que pone a la Liga, si cabe, todavía más picante.