El Gimnàstic se impuso al Villarreal B (2-1) en un partido en el que los visitantes fueron superiores durante la primera parte, pero en el que evidenciaron una importante falta de gol.

Los de Ferrando, en este encuentro, se pusieron por delante en el marcador casi sin querer y aprovecharon la inercia del gol para controlar el resto del partido, pasando algún que otro apuro en la recta final.

A pesar de que el Nàstic tuvo una clara oportunidad de avanzarse nada más empezar gracias a Rubén Navarro, que envió fuera, el dominador en los primeros compases fue el filial del Villarreal. El equipo de Juan Carlos Garrido tomó el mando completamente y, poco a poco, fue encerrando a los locales, que apenas salían de su campo.

Las constantes combinaciones entre Matilla, Herán Pérez y Marcos Rubén pusieron en jaque al entramado defensivo catalán, incapaz de crear fútbol y de contrarrestar la escandalosa superioridad del Villarreal B. Aún así, los visitantes fueron incapaces de perforar la portería de Rubén, pese a tener numerosas oportunidades, algo que pagarían caro.

De hecho el Nàstic no creó una ocasión hasta pasados los veinte minutos, cuando Morán fue incapaz de marcar tras quedarse ante Juan Carlos. A partir de ahí, el conjunto de Ferrando despertó y se fue aproximando al área rival. Así, tras una internada por la banda izquierda, Morán centró para que Vicente, entrando desde atrás, estableciera el 1-0.

El cuadro tarraconense se animó y el Villarreal no le perdió la cara al partido, por lo que el juego fue bastante fluido, con oportunidades para ambos conjuntos, aunque no demasiado claras. Y de la forma más tonta llegó el segundo gol local. Tras un servicio de banda de Cherfa, el balón quedó muerto en pies de Morán, tras un barullo. El centrocampista no dudó y envió a la red, poniendo tierra de por medio en el marcador.

La segunda mitad se inició con alternativas para ambos conjuntos. Los del Villarreal fueron decididos al ataque para intentar recortar diferencias en el marcador, pero sin crear ocasiones claras. Ese juego encantaba al Nàstic, que se sentía cómodo al contragolpe, buscando así el golpe definitivo al partido.

El centrocampismo empezó a predominar en el juego de ambos conjuntos, sin apenas llegadas a las áreas y haciendo que el partido se tornase un tanto aburrido. Miguel Ángel estuvo a punto de sentenciar el choque a los 26 minutos tras un testarazo que salió lamiendo el palo.

Por parte visitante, Gerard Bordas tuvo una ocasión muy clara en la recta final del partido, pero Rubén sacó una mano cuando se olía el gol. Fue a falta de cinco minutos para el final cuando el Villarreal B recortó distancias. Mariscal Sánchez decretó penalti por una caída dentro del área local y Marcos Ruben no falló la penamáxima. A partir de ahí el Villarreal B lo intentó a la desesperada, sin éxito.