Manzano se merece un monumento. El técnico del Mallorca ha instalado a su equipo a las puertas de la Champions después de que en verano le dejaran sin medio equipo, como siempre. No existen muchos entrenadores que sepan exprimir tanto sus recursos y es elogiable su facilidad para explotar a futbolistas con margen de mejora.

Es el caso del Chori Castro. El argentino ha pasado de ser un segundo punta prometedor a uno de los jugadores revelación de la Liga jugando en la banda derecha y a pierna cambiada. Así liquidó ayer un partido equilibrado y sin dueño definido. Su zurdazo desde fuera del área tras una buena diagonal permitió a los bermellones ganar por primera vez en su historia en Pamplona.

No fue un choque para tirar cohetes de los osasunistas. La lesión de Aranda les limitó hasta tal punto que sólo Masoud tuvo la ocasión clara de marcar con un buen cabezazo. Tampoco las bandas sirvieron de vía de escape y las opciones rojillas se limitaron a encontrar oro en alguna acción a balón parado o mediante un pase largo. El joven y prometedor Galán -convidado de piedra a un partido para el que, con Pandiani lesionado, ni Portillo ni Dady fueron convocados por Camacho- se encontró con la difícil misión de hacer daño a una defensa que cabalga consolidada desde hace tiempo. Nunes es un excelente central y Queiroz debería pensar en él ahora que Pepe será baja de larga duración. Aún así, el canterano osasunista también rozó el gol en el primer tiempo después de una cabalgada.

Pincelada.

El Mallorca tampoco necesitó excesiva elaboración para ganar. Mario Suárez se dejó ver en los primeros compases, pero después se contagió de la pelea en el fango en que se convirtió el centro del campo de ambos equipos. Era claro que no habría grandes sobresaltos y cualquier golpe de calidad decantaría el choque. Antes de marcar, como aviso, el Mallorca estuvo a punto de adelantarse. Aduriz remató de cabeza rozando el palo y en la siguiente acción fue Ramis es el que cabeceó con peligro en un córner. La firma de talento llegó poco después. Osasuna sacó un córner con tan poco peligro que convirtió su falta de remate en una contra. Camacho tendrá que enseñar al joven Ruper que su misión en esas ocasiones consiste en cortar la jugada. No fue así y el balón llegó a Castro, capaz de convertir una acción ventajosa en un gol que acerca la Champions.

Osasuna no mejoró mucho desde entonces, aunque pusiera más tesón. Camuñas fue más incisivo en sus culebreos y se echó en falta alguien que se asociara más con él. El Mallorca aguardó paciente y pudo celebrar el resultado. Fue la primera victoria balear a domicilio en esta Liga. No será la última.