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Liga Adelante | Cartagena 3 - Salamanca 4

Coladero y adiós a la zona noble

Los charros, eficaces al 100%. El Cartagena levantó el 1-3 y rozó el triunfo. Despotovic mató a la contra. La racha albinegra, durísima: 3 de 15

José A. Vera
<b>SEGURO. </b>Biel y Murillo frenaron la remontada albinegra.
SEGURO. Biel y Murillo frenaron la remontada albinegra.

El Cartagena ya no es equipo de zona de ascenso. Se espera que sea un "hasta pronto" y que la cosa cambie, por ejemplo, la próxima jornada, pero algo está cambiando en el equipo de Juan Ignacio. Más allá de que no esté Cygan, que se nota un disparate (y no sólo por lo que corta sino más bien por la tranquilidad que transmite a una zaga ayer muy endeble), ni De Lucas ni Lafuente fueron los que acostumbran. Al primero se le paró el reloj en dos acciones clarísimas y el extremo zurdo, que fue titular tras superar la gripe A, no rindió al nivel sobresaliente al que nos tenía acostumbrados. Así es difícil cuando el rival es tan 'jugón' como tú y tiene hombres habilidosos al servicio de la causa charra.

Pocas veces se verá al Cartagena hacer tres goles y no ganar un partido, pero es que cada acción de peligro del Salamanca era prácticamente un gol. Los locales achucharon desde el primer minuto, jugando 'a lo Cartagena', pero Biel aguantaba. Primer destello de clase castellana y primero de la mañana. Pase interior de Salva Sevilla y Kike (en posición legal al quedarse descolgado Clavero) firmaba el 0-1. Mala cosa. Pero el equipo de Juan Ignacio no se rindió, todo lo contrario. Tiró de casta y así poco después Falcón, que cumplió en la tarea de tapar la baja de Mariano (aún debilitado por la faringitis), metió un balón con rosca a Toché para que firmara la igualada. El santomerano mostró su mejor cara, hizo dos goles, pero no bastó. El Cartagena se gustaba, arrollaba en ese tramo final de la primera mitad... pero el marcador no se movió. Llegó el descanso y con ello se frenó el ímpetu local. Cualquier parón, y mucho menos uno de un cuarto de hora, sería malo.

Y lo fue. La versión local en la segunda parte ya no fue la misma. Víctor se movía, participaba, pero tampoco con mucho acierto y las bandas no existían. Salva Sevilla y Hugo Leal eran dueños y señores del partido, obligaban a Falcón a jugar algo más retrasado y Longás no era el de los minutos previos. El Salamanca avisó en el primer minuto, y en el siguiente arreón hizo el 1-2. Centro desde la derecha y Txiki, que se estrenó como central con Juan Ignacio despejó con tal mala suerte que Rossato sólo tuvo que empujarla. Ni siquiera la fortuna, la que ayudó el día del Huesca, estaba con el Cartagena. En punta las cosas no mejoraban. De Lucas desaprovechó dos jugadas por no chutar a tiempo... y en el siguiente arreón, en otra contra, llegó el 1-3 de Linares tras un fallo clamoroso de Clavero (midió mal un bote y Kike le ganó la espalda):

Gañán y los cambios.

El partido estaba abocado a languidecer. A que el 1-3 no se moviera. Pero Gañán dio vida al Cartagena. Una penosa cesión a Biel fue aprovechada por Toché para fusilar al meta visitante. Había vida. Al tiempo, entró Tato y entre él y Quintero recordaron a Juan Ignacio que todavía se le podía sacar brillo a las bandas albinegras. Ambos llevaron peligro, mostraron regate, frescura, habilidad... y firmaron la igualada. Una jugada de clase del panameño, que recuperó un balón que parecía perdido por línea de fondo, terminó con tres regates y un pase de la muerte para que el murciano, con rabia, hiciera el 3-3.

Oliva demostró entonces por qué su Salamanca tiene ahora tantos puntos como el Cartagena, lleva tres victorias seguidas y sueña con colarse en Primera División. El técnico realizó cambios ofensivos, y lejos de meterse atrás, introdujo hombres de refresco para matar a la contra. Dicho y hecho. Cuando más achuchaba el equipo local, cuando la afición se volcaba con una remontada que sería heróica, incluso más meritoria que la de Copa ante el Elche, llegó el mazazo. Toti se fue en velocidad y se la dejó a Despotovic (casualmente un jugador que aún pertenece al Murcia) para que el serbio firmase su cuarto gol del año. No había tiempo para más, por mucho que lo intentaran Tato y Toché. El esfuerzo del Cartagena no merecía un desenlace así pero con una defensa tan endeble no se puede esperar otra cosa.

Para colmo el Betis goleó horas después al Nàstic, por lo que a la mala racha de los portuarios, que sólo han ganado un partido de los últimos cinco, también se les escapa la zona de ascenso. De momento es un hasta pronto, pero como la cosa no cambie y el Cartagena no vuelva a ser más regular (no sólo a tirones se consolida uno arriba y menos defendiendo así), tampoco será un "hasta pronto". La cosa, más bien, quedará en un "fue bonito mientras duró...".

Toché, directo a un entierro

Toché se marchó especialmente triste del Cartagonova. Al margen de la derrota, el santomerano se marchó rápidamente del estadio para acudir al entierro de su abuelo, que falleció el sábado. El punta, que le dedicó sus dos goles, no lo comunicó hasta después del partido.