Internacional | Inglaterra
El regreso de Robinho no saca al City de su atasco
El brasileño volvió a jugar tras casi tres meses lesionado.
Mark Hughes sabía que tenía una plantilla descompensada con muchos delanteros y no suficientes defensores, con centrocampistas que gustan contraatacar pero con escasos constructores de juego. Desde el inicio de la temporada avisó al dueño del club, el jeque Mansour, que estaba dispuesto a aceptar el reto de dejar al equipo entre los seis primeros tras la inversión de más de 200 millones de euros durante el último año, pero que no podía garantizar mucho más. Quien avisa no es traidor: el sábado igualó a uno con el Hull y ya van siete empates consecutivos (el Chelsea, líder, tiene 11 puntos más), la presión mediática se ha multiplicado, pero la familia real de Abu Dhabi tendrá paciencia, por ahora, y le dará dinero para fichar en enero a la espera de que sirva para enderezar el rumbo.
Mark Hughes no es mal entrenador, pero su equipo se parece demasiado al Manchester United de hace una década: directo, pero sin plan B. Ofensivo, pero sin capacidad de controlar partidos. Por eso se intentó fichar a Xabi Alonso el pasado verano y se intentará traer a un mediocentro de calidad. Se hará una oferta por Yaya Touré, se busca un central contundente que complemente a Lescott y Touré, un lateral izquierdo porque Wayne Bridge no convence y se seguirá de cerca el futuro de Ribéry, de Torres y de Villa por si pueden meter baza.
No tienen intención de desprenderse de Robinho, pese a su misteriosa y estirada lesión (el sábado volvió tras casi tres meses fuera, por lo que ha jugado tres partidos de la Premier y aún no ha marcado) y de su irregularidad (Beckenbauer dijo ayer que "vale para el circo, pero no para jugar en un equipo") porque sería enviar el mensaje erróneo: el City está para crecer, no para vender.