Viena: desquite definitivo

Tiene esta tarde el Athletic la opción de desquitarse de la amarga experiencia que vivió en Viena hace casi un lustro. Aunque bien es cierto que el contundente 3-0 registrado en el estreno de la liguilla en Bilbao ya se desgustó como una especie de venganza sobre el Austria, hoy los rojiblancos regresan al lugar del crimen y, por tanto, resulta inevitable refrescar aquel rocambolesco episodio, una suspensión de partido que fue una monumental falta de respeto hacia el equipo y la afición desplazada en masa al vetusto Prater.

Se trata simplemente de obtener un buen resultado para dejar el asunto zanjado para siempre. Miles de seguidores celebrarían el desagravio en clave deportiva. Incluso un empate raspado significaría la despedida de la competición del club austríaco y, de paso, certificaría la presencia del Athletic en la siguiente fase.

El Austria juega pues muy forzado, si bien esta vez no podrá buscar el amparo del hielo para salirse con la suya. Sus exiguas opciones las fía a la formidable trayectoria que ha descrito en la bombonera que acoge el encuentro.

No es broma haber encadenado 25 partidos sin derrota, trece meses consecutivos sin haber hincado la rodilla ni en competición doméstica ni en el concierto continental. Habrá que pensar que algún tipo de magia se esconde entre las cuatro paredes del Franz Horr Stadion porque el potencial del cuadro que dirige Karl Daxbacher no parece que, por sí mismo, dé para tanto.

Papel de Muniain.

A falta de magia, el Athletic llega a esta cita con unas credenciales de lo más interesantes. Inmerso en una excelente racha en Liga, se antoja legítimo adjudicarle la vitola de favorito. Su momento de juego y, especialmente, la eficacia de que viene haciendo gala serían sus bazas para combatir el inquietante factor campo.

Los de Caparrós se apoyan en un funcionamiento defensivo notable, que complementan con un alto grado de resolutividad en área contraria. El reforzamiento de la línea de medios es la clave del momento dulce de los rojiblancos: sirve tanto para descargar de labor abajo como para conceder mayor libertad arriba.

Lo previsible es que el entrenador insista en esta alternativa, aunque lo probable es que introduzca alguna variante en los hombres a escoger. Igor Gabilondo puede volver, en lugar de Yeste, y quizás Ander Iturraspe sea titular para dar un respiro a Orbaiz. Dando por sentado que la zaga está cantada a la vista de la convocatoria, es en ataque donde cabe elucubrar. Susaeta es candidato fijo a la dosificación. Resulta más improbable que descanse Llorente. Muniain podría tener premio gordo con su presencia a su lado. Si no, ahí están Etxeberria y De Marcos.