El 'holandés volante' posó sus alas en Vallejo

Liga Adelante | Levante

El 'holandés volante' posó sus alas en Vallejo

El 'holandés volante' posó sus alas en Vallejo

El Levante, históricamente, siempre ha protagonizado bombazos con los que sorprendió a sus aficionados y al fútbol español. Caszely y Cruyff no fueron las megaestrellas pioneras en vestir de azulgrana: el primer crack mundial en fichar por el Decano fue el increíble Servaas Wilkes.

El Levante, aunque han sido pocas veces por la histórica modestia de su economía, ha tenido la oportunidad de fichar figuras mundiales con las que desató la locura de sus aficionados. La más sonada fue el fichaje de Johan Cruyff; las más recientes, las de Mijatovic y Tommasi; y otro bombazo fue la llegada de Caszely; sin embargo, el primer 'crack' del planeta fútbol que vistió de azulgrana llegando desde otro equipo fue Servaas Wilkes (Rotterdam, Holanda, 10 de octubre de 1923). El holandés aterrizó a finales del verano de 1958, con 35 años y un currículum que convertiría su incorporación en la envidia de todos los conjuntos de Segunda, donde militaba el Levante, y buena parte de los de Primera.

Faas había vestido nada más y nada menos que las camisetas del Inter de Milán, durante cinco temporadas; del Torino, venido a menos por la tragedia del 49; y tres años más la del eterno rival, el Valencia, con el que levantó la Copa del Generalísimo de 1954. En el conjunto nerazurro le pusieron el apodo que le acompañaría durante toda su carrera: el holandés volante. Por cierto, Servaas fue el primer neerlandés que actuó en la Liga española, muy por delante en el tiempo de otro granota, Johan Cruyff, y otros como Neeskens. Al conjunto azulgrana le tocó rascarse el bolsillo a base de bien: 1.000.000 de pesetas de la época aunque la expectación que levantó hizo que pronto se amortizara esa cifra. No era para menos el esfuerzo que realizó la entidad azulgrana pues, en su esplendor, Wilkes le hizo sombra a otros astros de la competición como Alfredo Di Stefano y Ladislao Kubala. Además de con la Copa, este habilidoso delantero centro llegó con un Scudetto, levantado con el Inter, bajo el brazo y, en su zurrón, había 35 goles anotados con la selección 'Orange' en 38 partidos.

Con 35 años, casi todos los aficionados sospechaban que Wilkes utilizaría al Levante como cómodo retiro y su trayectoria fue bastante controvertida. Así, alternó grandes actuaciones con tardes aciagas que desesperaron a su entrenador. Un Álvaro que, por cierto, no terminaría esa temporada 58-59 en la que, finalmente, terminaría jugándose una promoción de ascenso frente a Las Palmas. El holandés no disputó el partido decisivo, con dos versiones enfrentadas: el futbolista dijo estar lesionado mientras que la otra explicación dice que no fue alineado por los problemas que dio a lo largo del año por su díscola personalidad.

Las memorias dicen que los 1'90 de estatura del espigado atacante no fue óbice para que se le considere el futbolista con mejor regate que se recuerda en cualquiera de los dos lados de la capital del Turia. Lo que ahora se denominaría un jugador de dibujos animados. El artífice de su fichaje sería Don Antonio Román, que se había metido entre ceja y ceja el objetivo de ascender al equipo a Primera. Sin embargo, él no vería desde el sillón presidencial el primer gran ascenso, aunque inició el ambicioso proyecto que se vería culminado en el 63. En esa campaña 58-59, el equipo no sólo vivía de Wilkes, sino que contaba con el que después sería el gran capitán del Levante de Primera, Vicente Camarasa. El holandés, además, formaba parte de una gran delantera, junto a Paredes, que todavía recuerdan los aficionados más veteranos.