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Liga BBVA | Valencia 1 - Mallorca 1

El Valencia no sentenció y Borja se lo hizo pagar

Los ches pudieron golear, pero regalaron un penalti

Miguel Á. Vara
Actualizado a
<b>OPORTUNO. </b>Villa sólo tiene que empujar el balón para lograr el 1-0 ante la mirada impotente de Aouate, que, pese a la estirada, no llega.
OPORTUNO. Villa sólo tiene que empujar el balón para lograr el 1-0 ante la mirada impotente de Aouate, que, pese a la estirada, no llega.alberto iranzo

La pegada que tantas veces le ha solventado la papeleta al Valencia anoche no le acompañó. Cuando su juego acumuló méritos de sobra para hacerle acreedor a la victoria, no estuvo fino en el toque final y el Mallorca se lo hizo pagar con un empate que descuelga a los ches de la cabeza y que corta una gran racha de resultados y sensaciones. Las sensaciones continuaron, pero el marcador no acompañó y en Mestalla todo el mundo torció el gesto, comprobando que en el momento de acercarse de verdad a la cabeza, el equipo falla. Por su parte, el cuadro de Manzano hizo honor a su mala trayectoria de visitante, pudo y mereció salir goleado, pero un penalti innecesario de Bruno le regaló un puntito que le alegra el viaje de vuelta y le permite seguir protagonizando un espléndido arranque liguero.

El Valencia salió lanzado, seguro de que el partido era suyo y dispuesto a liquidarlo en un suspiro en vista de que el Mallorca estaba acomplejado por sus precedentes lejos de casa. La tuvo Villa, que erró lo que no suele (4'), y en su afán anuló lo que iba a ser un tanto de Silva al rematar en fuera de juego en la misma línea un balón que entraba. Ahí empezaba a torcerse la noche del canario, que después de ilusionar comandando el ataque local se lesionó. Un escalofrío recorrió Mestalla cuando Silva se agarró la rodilla y se retiró.

Villa. La imagen paralizó a los de Emery, que se desconectaron del encuentro, espoleando a los rojillos que por fin se estiraron en el cuarto de hora anterior al descanso. Pero el paso por el vestuario devolvió el encuentro a su cauce anterior, echando mano el Valencia de su pizarra para abrir la lata. El ejecutor fue el de siempre, Villa, pero el recurso resultó novedoso pues fue el primer tanto tras córner de los ches.

A partir de ahí el Mallorca salió obligado de su guarida y los de Emery tuvieron la sentencia en su mano en claras ocasiones de Mata, Joaquín (al poste) y Pablo, pero no llegó la segunda diana valencianista y llegaron los nervios. Fue Bruno el que personalizó ese temor al cometer un penalti absurdo pero claro. Borja no desperdició el regalo y castigó la falta de puntería che.