Hay lugares que no se pueden escapar de sus tópicos. Decir que el Nàstic juega en Irún ante el Real Unión es sinónimo de partido trabado, de mucha pierna y poco juego, nada vistoso, y con el balón más pendiente del cielo que del raso. Ferrando no sólo lo huele, sino que lo sabe con certeza, y esta semana ha advertido a sus jugadores que les toca ponerse (más que nunca) el mono de trabajo, esa expresión que tanto le gusta repetir a sus futbolistas.

El Nàstic, el mejor visitante fuera de casa, mete miedo a un conjunto vasco que agóniza en la tabla. El Real Unión ya sabía que este año le tocaba encoger el corazón y cerrar el puño, pero la dolorosa derrota en Murcia (3-0) le deja tocado. Iñaki Alonso también prevé lucha y jugará con tres mediocentros. Ese blindaje para controlar las segundas jugadas -la especialidad del Nàstic- y para allanarle a Brit el camino del gol. El ex del Numancia, escurridizo como pocos, es la principal amenaza de la defensa grana.

Ferrando repetirá esquema, ideas y hombres, Ya recuperado José Mari y Biel Medina, pondrá sobre el campo el mismo equipo que ganó en Cartagena, en el encuentro más brillante de la temporada. Todos al compás de Morán, con balón, y al de Bauzá, sin él. Son las dos esquinas de la maquinaria de Ferrando que, de nuevo, se encuentra ante otra oportunidad de acercarse a la zona alta de la tabla. El Nàstic hace la goma y, por aquello del pesimismo de Tarragona, es mejor no marcarle objetivos. Los dos equipos marcan pocos goles. El Nàstic es favorito.

Alonso

"Nos gustaría ser más certeros y más eficaces en el remate, y para eso trabajamos la temporada. Vamos con la máxima ambición e ilusión a ganar este partido y salir de la zona baja".

Ferrando

"Será un encuentro de lucha, y debemos pelear como hasta ahora. Hay que ponerse el mono de faena. El equipo está bien y debe seguir en la misma línea de juego y de resultados".