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Liga BBVA | Racing

"Aún no sé por qué Mandiá me quitó ni por qué volví a ser titular más tarde"

Las tertulias del Gambrinus con... Marc Torrejón: Guarda cariño a su antiguo club, el Espanyol, del que vino al Racing para ocupar el centro de la defensa. Ahora parece que el catalán se ha hecho con un puesto fijo en el once.

Paco Rado
Marc Torrejón

No sé si su seriedad es innata o es una pose que le acompaña desde el primer partido de Liga frente al Getafe. En aquel encuentro, de infausto recuerdo para los racinguistas (1-4), Marc Torrejón (Barcelona, 18 de febrero de 1986) formó en el eje de la defensa. Tras esa derrota estuvo cuatro encuentros a la grada; ni tan siquiera fue convocado como suplente.

"Fue un momento difícil. No te lo esperas, Te quedas con la sensación de que no sirve para nada todo lo que has trabajado en el pretemporada. Me enteré al leer la convocatoria y me sorprendió un poco no estar frente al Atlético de Madrid. En aquellos momentos podría pensar que no iba a ser titular, pero lo que no me imaginaba es que fuera a la grada. Ante el Getafe no hicimos un buen partido. Está claro que cometimos muchos errores y, al menos yo, no me fui a casa satisfecho con mi actuación. Era consciente de que había cometido fallos pero igual que el resto de compañeros. Mandiá no habló conmigo ni para decirme que iba a ser titular ni cuando luego me dejó en la grada. Esto es fútbol y es lo que hay. Lo que sí tengo claro es que no sé por qué salí de la alineación, ni por qué regresé más tarde".

Clásico.

Jugaba el Real Madrid en Champions y, lógicamente, la conversación en seguida se dirige hacia el clásico del próximo domingo.

"No te puedo decir un resultado para la porra; no lo tengo muy claro. Además, la temporada pasada perdí 500 euros por un gol. Apostamos 20 euros todo el vestuario del Espanyol el día del 2-6. Yo había puesto un 2-5 y Piqué, con el que tengo una gran amistad, metió el último gol. Nada más acabar el partido le mandé un mensaje dándole las gracias por haberme hecho perder la apuesta... El Madrid te puede ganar, tiene grandes jugadores, pero ni de lejos juega como el Barça. Hoy por hoy, al Madrid le puedes ganar pero al Barça..."

Los comensales ya hemos dado cuenta de la sopa de pescado, almejas a la sartén y las chuletillas de lechazo servidas por Miguel Martín, y la conversación salta de aspectos futbolísticos, al Espanyol y a su paso por la Selección. Justo antes habla de la alimentación, mientras mira de reojo el bollo de pan. "Me ha sorprendido el rigor que hay en este club a la hora de cuidar el peso. Siempre he pesado 87 kilos y nunca nadie me había puesto normas para comer. Aquí me obligan a pesar 85,5 y me cuesta mantenerlo pues me comería todo".

"No soy de ver muchos partidos por la tele. Veo alguno señalado pero no me trago todos los partidos que dan. Al Barça da gusto verle jugar. Nunca he sido muy forofo del fútbol, ni tampoco he tenido ídolos. Aunque nací en Barcelona siempre he vivido en Mataró y a fuerza de ver al Espanyol te haces de él. Allí me inicie en las categorías inferiores, desde el alevín A. Hice la prueba, estuve tres meses y pasado el verano me cogieron. Siempre jugué de central y, algunas veces, me colocaban en el lateral aunque en juveniles alguna vez actué de mediocentro. Fui pasando por todas las categorías. El fútbol base del Espanyol funciona muy bien. Al menos cuando yo jugaba, casi siempre ganábamos al Barça. Conocí Sarriá pues allí firmé mi ficha de alevín; toda mi vida en el Espanyol jugué en Montjüic y estuve en el nuevo estadio de Cornellá-El Prat cuando firme la baja para venirme a Santander".

A pesar de su seriedad, se le nota al hablar que no guarda resquemor a su salida del club de toda su vida y su llegada al conjunto cántabro.

"Había sido titular el año anterior. Me lesioné y, casi a la vez, se fichó a Nico Pareja y luego ya fue muy difícil entrar en la alineación. Cuando supe que el entrenador (Pochettino) iba a seguir, decidí cambiar de aires. Soy un profesional al que le gusta jugar y si no lo hago hay que buscar una solución. El Zaragoza llevaba mucho tiempo detrás de mí; estaban muy interesados. Pero, al final, el Racing apostó más por mí y me vine. Desde el principio me llamó mucho la atención y me sorprendió la intensidad de los entrenamientos. El nivel es muy alto. El Racing es un club más familiar comparado con el Espanyol. El presidente lo lleva como una empresa".

Futuro.

Dentro de dos semanas el Racing tendrá que jugar en el nuevo campo de los periquitos: "Será un partido muy especial para mí; estará mi familia y jugaremos en un campo nuevo que es una maravilla". Pero antes llega el encuentro frente al Deportivo, vital para los santanderinos:

"Queda mucha Liga. No es un partido definitivo y tampoco creo que en casa salgamos acojonados. Vamos a ver que pasa ahora con la llegada de Portugal. Antes, el equipo estaba intranquilo y en cuanto nos marcaban un gol nos veníamos abajo. Puede que hubiera inseguridad defensiva. Entre la zona o cubrir al hombre prefiero al hombre; estás más cómodo. He hecho las dos. Si te rematan es tu responsabilidad y en la zona puede haber más confusión. El nuevo técnico habla más que el anterior, es más cercano y muy respetuoso. En los entrenamientos ha variado el nivel de ejercicios, pero el resto es igual".

Al hombre o en zona, da igual. Se trata de que el Depor sea el primero en no marcar.