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Liga de campeones | Unirea - Sevilla

La pesadilla de Petrescu tiene nombre: Luis Fabiano

El Sevilla será primero de grupo si puntúa en Bucarest

<b>NAVAS IGUALA EL RÉCORD DE ALVES.</b> Navas arrasará todas las estadísticas, los récords caen en cascada. El próximo en llegar será el del número de partidos disputados en Europa. Alves dejó el listón en 47. El canterano igualará hoy esa cifra: "Tengo la suerte de jugar en un gran equipo que lleva muchos años en Europa. Como Alves ya no está aquí, lo superaré. Espero ganar una Champions como él".

"Hoy he visto al mejor delantero del mundo", dijo el general Petrescu en la sala de prensa del Sánchez Pizjuán después del primer partido en la historia del Unirea Urziceni en la Champions League. Se refería a Luis Fabiano, que aquella noche marcó un golazo y jugó a un nivel fabuloso. Para Petrescu, Luis Fabiano, que no tiene garantizado esta noche en el frío de Bucarest un sitio de titular, es una pesadilla. El Unirea ni siquiera puede jugar sus partidos en Urziceni porque su estadio (Valahorum) no cumple las normas mínimas que exige la UEFA, pero aun así llega a la penúltima jornada con serias opciones de ser segundo de grupo. Defiende con todo y rentabiliza bien sus goles. Hoy saldrá a morder. Stoica, director general, ha prometido dos mil euros por barba si hay victoria y se ha desmelenado con una declaración apocalíptica: "Es el partido más importante desde que cayó el régimen comunista en 1989". Será porque en Rumanía están de elecciones. El Sevilla tiene los deberes hechos y aterrizó en Bucarest, lugar que le es familiar de otros viajes europeos (ganó dos veces al Steaua), relajadísimo como ningún otro equipo español puede decir en la Champions. Un empate le garantiza de forma matemática el primer puesto pero no tiene pinta de que vaya a salir a especular demasiado. Ha saldado sus dos anteriores visitas, Glasgow y Stuttgart, con dos victorias y siete goles, un buen ejemplo de ambición.

Sólo hay rosas en Nervión. El Sevilla mira todas las competiciones desde las alturas y ni siente las bajas. Jiménez da oxígeno a todos menos a Navas, que no conoce la palabra rotación. Pero a Petrescu el que le da pánico es Luis Fabiano. Hasta si no juega.