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Un Salamanca atascado no puede ni contra diez jugadores
El resultado fue el menos malo para el Hércules, por sumar un punto más fuera de casa, y para el Salamanca, que bien pudo perder los tres puntos en juego.
Un Salamanca tedioso, sin juego ni recursos no ha podido ganar al Hércules, que jugó 75 minutos con diez jugadores, tras la expulsión de Rufete en el minuto 14.
El resultado fue el menos malo para el Hércules, por sumar un punto más fuera de casa, y para el Salamanca, que bien pudo perder los tres puntos en juego.
El equipo salmantino sólo ofreció momentos esporádicos con oportunidades, que no de juego, y el ejemplo más claro estuvo en el minuto 71, cuando el delantero Linares solo, con la portería vacía, lanzó el balón al larguero.
La primera parte fue tediosa, pese a que al Salamanca tuvo una ocasión clara de ofrecer una imagen distinta, ya que en el minuto 14 el árbitro expulsó a Rufete, por un codazo a Endika.
Hasta ese momento el Salamanca ofrecía una buena imagen, con posesión del balón y llegadas por las bandas, pero a partir del minuto 15 todo cambió y el equipo local se diluyó, por lo que a partir del minuto 37 el público comenzó a silbar a sus jugadores.
Por su parte, el Hércules hizo su partido, ya que hasta la expulsión de Rufete, tuvo sus oportunidades y a partir de ese momento controló el juego y tuvo una gran oportunidad en el minuto 43, cuando el central del Salamanca Murillo despejó y obligó a su portero, Biel Ribas, a realizar una gran parada.
La segunda parte fue igual de aburrida que la primera, con escasas llegadas al área contraria por parte de los dos equipos, aunque el Hércules tuvo dos oportunidades en los dos primeros minutos el partido, con disparos de Cristian y Delibasic.
Sólo en los últimos 15 minutos del partido el Salamanca ofreció una imagen distinta, demostrando que quería ganar el partido, pero inoperante ante la portería defendida por Calatayud, pues los balones apenas llegaban con claridad a los delanteros salmantinos, y cuando les llegaban, los fallaban.
Los silbidos de los espectadores a los jugadores salmantinos se hicieron más intensos al final del partido, incluso se empezó a oír gritos contra el entrenador salmantino, Juan Carlos Oliva.