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Liga Adelante | Las Palmas-Castellón

El Gran Canaria juzga a dos equipos con hambre

La Unión Deportiva no puede fallar; el Castellón llega en coma

Ignacio S. Acedo
<b>SEQUÍA. </b>Márquez, al que se le da bien el Castellón, sólo lleva un gol en esta Liga. Va a por más.
carlos díaz

Hay respeto en la Unión Deportiva por el Castellón. Así se ha dicho con frecuencia empalagosa a lo largo de la semana. Nadie se fía, o al menos así se aparenta, de que cuelgue el cartel del peor de la clase sobre el equipo levantino, cuya trayectoria hasta la fecha lejos de Castalia es una ruina: seis viajes y otras tantas derrotas. Por algo está donde está porque casualidades, camino ya de diciembre, ya hay pocas. Con este escenario la presión recae en Las Palmas y la condición incomoda, y mucho, a Kresic y su gente. En plena transición por adquirir un modelo, por consolidar automatismos y disolver interrogantes, la premura calza mal. Por ahí se abre una vía de agua que puede rentabilizar el Castellón: pocos auguran su insurgencia ante un enemigo con todo a favor. Escenario, auditorio y pronósticos corren de su cuenta. Y en Segunda División son intangibles que suelen decidir.

Por el vértigo del más necesitado y el empuje del que rema abrigado en su entorno se presume iniciativa local, algo que ayuda pero en nada garantiza éxito. Mucho menos frente a un enemigo que está preparado para encajar golpes y reservar el suyo de manera estratégica. La munición no abunda en el Castellón y está condenado a economizar al máximo para no sufrir más daños. Va a pesar la fortaleza mental porque si la Unión Deportiva marca territorio y diferencias, la emoción quedará evaporada. Kresic persigue eso: decisión, arrojo y verticalidad antes de que el visitante encuentre aliado en el cronómetro. Quizás un punto pueda endulzarle la vida al Castellón. No así en el caso de Las Palmas, a la que se viene demandando un ejercicio de credibilidad.