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Liga Adelante | Betis 1 - Celta 1

Goitia apaga un gran incendio

Gran partido del meta local Trashorras y Sergio García, goleadores. Juande, expulsado en sólo 25 segundos. El Celta fue mejor, pero perdonó mucho

<b>LUCHA. </b>Arthuro controla el balón ante la mirada de Arzu.
LUCHA. Arthuro controla el balón ante la mirada de Arzu.

Mucha gente en el Betis creerá que llevan razón cuando le achacan los malos resultados de su equipo a determinados árbitros o incluso hasta a las cámaras del Plus. Es cierto que con este canal televisivo se da la casualidad de que el Betis no le gana a nadie, esté en la categoría que esté, pero bien harían esos eruditos del fútbol en mirar sus propios defectos. Sólo es necesario ver uno de los últimos partiditos de los pupilos de Tapia para comprobar que lo de pensar en el ascenso es como un chiste sin gracia. De los que te cabrean más que hacerte reír. Ayer le salvaron unos minutos de psiquiátrico para no ver in situ una de las mayores broncas de la historia. Eso añadido al gol de Sergio García y tres intervenciones magníficas de Goitia (esta vez sí estuvo de diez). Porque es increíble que el Celta no se llevara los tres puntos del Ruiz de Lopera. Lo tuvo en sus manos cuando quiso, pero luego le faltó apuntillar al rival. Y un poco de acierto en los metros finales, lo suficiente como para marcharse de Sevilla con pena. Porque el peligro sigue llamando a sus puertas.

Todo empezó de lujo para el Celta, muy cómodo sobre el campo y con Trashorras como jefe. Cada jugada pasaba por las botas del ex de Las Palmas, que asustó a Goitia con un disparo desde la frontal. El equipo de Eusebio se sentía ganador desde el principio, pero luego se dio de cuenta de que este Betis renace de la última ceniza. Como no lo machaques, sobrevive. Y así fue, a pesar de que en Heliópolis ya comienzan a estar hartos de que su equipo no lleve la voz cantante en los partidos y lo que es peor, se sienta inferior a muchos rivales, tengan el nombre que tengan. Y eso, para este Betis, es imperdonable.

El primer chillido de la grada sólo fue un aviso para navegantes, porque poco después el malestar se convirtió en bronca. El Celta observó que el Betis no es tan fiero como lo pintan y creyó en su fútbol más que nunca. En otro balón aéreo, una de las numerosas carencias de los de Tapia (debería replantearse ya seriamente la forma de jugar), Arzu cometió penalti, o eso vio Gardeazábal Gómez, y Trashorras no perdonó ante Goitia. En esa jugada se vio lo inoperante e inocente que es este Betis: no hubo ni una protesta al árbitro. Sólo la grada, la que de verdad está activa, recriminó esa jugada clave. Mientras, el Celta iba a lo suyo, al ritmo de Trashorras. Y es que demasiado tienen ya en Vigo como para consolar las penas de los contrarios.

Quizás ese gol cambió el chip de los locales, pero menos de lo esperado. Porque sólo basta un correcalles sin rumbo para que el Betis cree peligro y lleve el genio a la grada. En una acción de Rodri, Sergio García golpeó al aire cuando muchos ya veían el empate. Fue la única jugada que intimidó al Celta en la primera mitad, poco antes de que el Ruiz de Lopera rugiera con los suyos y enseñara esos pañuelitos blancos que a veces tienen tan mal significado.

Locura. El descanso trajo pocos cambios. El Betis no estaba y el Celta dormía el partido. Lo despertó Juande, que se autoexpulsó a los 25 segundos de entrar al terreno de juego. Una roja de auténtico récord. Ese terremoto removió la furia local y apaciguó a los vigueses. Todo lo contrario de lo que hubiera pasado si no estuviese el Betis de por medio. En un arreón, Sergio García cabeceó a la red un gran centro de cabeza. Era el empate, lo necesario para calmar el ambiente, pero no. Nada más sacar de centro, el Celta perdonó una ocasión clarísima, con Goitia como verdugo. Y luego le tocó la oportunidad a Michu, y a Danilo y a Botelho, y siempre apareció el meta vasco, incluido en el tiempo de prolongación.

Y acabó el partido con varios jugadores rotos por la tensión y otros también preocupados por su falta de calidad. Eso en el Betis no se perdona, aunque Goitia apague un gran incendio. En Vigo de momento sí, pero bien harían en no descuidarse. Por su bien.

El detalle: apoyo del Celta al lesionado Aarón Ñíguez

Los jugadores del Celta saltaron anoche al terreno de juego del Ruiz de Lopera con unas camisetas de apoyo a su compañero Aaraón, que cayó lesionado de gravedad esta semana y estará unos seis meses, como mínimo, alejado de los terrenos de juego. Luego no pudieron dedicarle el triunfo.