Copa del Rey | Málaga - Zaragoza
La Copa ya no es excusa
Málaga y Zaragoza, a paliar sus penurias ligueras
El parón liguero ha quitado, tanto al Málaga, como al Zaragoza, la excusa de esgrimir como secundaria la Copa del Rey en aras de una, tan presumible como lógica, preocupación por el torneo de la regularidad donde el papel de estos dos equipos está siendo bastante mediocre. Los malagueños son colistas y los aragoneses vienen de ser vapuleados en Valencia. No tanto por el resultado (que debió ser más abultado) sino por el discutido planteamiento de su entrenador, Marcelino, con una atrevida apuesta por la táctica del fuera de juego que, la verdad sea dicha, le salió fatal.
En Málaga no está el horno para bollos. Contrariamente a lo que pudiera leerse por mor de su mala clasificación, Juan Ramón Muñiz no está lo suficientemente cuestionado como para plantearse su despido en caso de perder los próximos compromisos (precisamente el siguiente en la Liga será contra los aragoneses), pero sí es verdad que el farolillo rojo empieza a pesar. Pero como quien no se consuela es porque no quiere, en La Rosaleda apuntan a que, con todo lo mal que lo están haciendo, sólo se encuentran a dos puntos de los puestos de salvación. Maneras de ver la botella. O medio llena, o medio vacía.
Carrizo será el portero titular del Zaragoza en detrimento de López Vallejo. Roberto Santamaría, el arquero blanquiazul con Munúa, que esta vez se queda fuera. El Málaga tiene la ventaja del valor doble del gol marcado por Apoño en La Romareda (en caso de empate a cero) pero el Zaragoza es un equipo copero por antonomasia. Por algo tiene seis Copas en sus espléndidas vitrinas.
El carácter copero. El partido de ida fue más liguero que copero. Un primer tiempo donde el Zaragoza fue ligeramente mejor, pero sin alardes, y una segunda mitad con un Málaga infinitamente superior, desperdiciando ocasiones y llevándose para la Costa del Sol un empate. En Liga ya no es un resultado positivo, pero en Copa sí. Un gol en campo contrario se paga doble.
El Zaragoza apelará a su carácter copero (tiene seis Copas en sus vitrinas) para sacar adelante esta eliminatoria y, sobre todo, para tratar de paliar la mala imagen que está dando lejos de su estadio. Marcelino lamenta las muchas bajas que asuelan su plantel, lo mismo que Juan Ramón Muñiz. Los dos están obligados a jugar 'con lo que tienen'. Así están las cosas. Quien caiga eliminado se meterá en un lío. No hay jornada este domingo y ya no colará el rollo ese de "pensábamos en la Liga". Y la Copa, a partir de los octavos de final empieza a ser un torneo bastante atractivo. Y hasta taquillero.