Crusat es un Ferrari

Liga BBVA | Almería 2 - Osasuna 0

Crusat es un Ferrari

Crusat es un Ferrari

Inició el primer gol, fue una pesadilla y se retiró lesionado. Josetxo marcó en propia meta. A Osasuna le faltó intensidad. Kalu Uche sentenció

Lo avisó en la previa y lo lamentó después. Camacho quería que su equipo saliese intenso, mordiendo tanto como ante el Barça. Sin embargo, se encontró con la cara más blanda y timorata de su Osasuna, carácter que no va con el estilo de este club histórico. Tampoco con el de su entrenador. Suplantó esa identidad de equipo batallador y entusiasta el Almería. A falta de un plan mejor, Hugo tira de lo que tiene. Casta y velocidad. Músculo y fe. Ahí cobra una importancia capital Crusat, un reducido Ferrari que desarboló al rival en el primer minuto y no paró hasta que Azpilicueta le mandó a la caseta lesionado. El extremo condujo el balón casi 40 metros y se la cedió a Guilherme en el área. El pase de la muerte del brasileño lo introdujo en la red Josetxo tras golpearle entre el pecho y el abdomen.

Saltó rebelado el Almería, con tres derrotas seguidas a sus espaldas y con muchas dudas sobre Hugo, que hizo una pequeña revolución en su once. Todo lo contrario le pasó a Osasuna, demasiado agasajado por arañar un punto al Barcelona una jornada antes. Los rojillos tenían y tienen más argumentos sobre el campo. Pero el fútbol se hace cada semana, el pasado es una foto. No se trata de lo que puedes llegar a tener o mostrar sino de lo que enseñas. Por eso se vio desbordado.

Arrancó Crusat como un torbellino, un jugador que es a la velocidad en el fútbol lo que Rossi a las motos. Es rápido cuando está suelto y escurridizo y preciso cuando conduce la pelota. Por eso recorrió medio campo con el balón controlado hasta llegar al área. Le dobló el potente Guilherme por la izquierda, que recibió una asistencia perfecta del catalán. El brasileño, talento y fuerza sin control, es anárquico pero a veces se le enciende la bombilla. Dio un pase de la muerte que Josetxo robó a Kalu Uche en boca de gol. El Almería castigó un minuto de despiste osasunista nada más comenzar. Cruel fútbol. Los jugadores rojiblancos se fueron a celebrarlo con Uche, no obstante, peleado con el gol y ansioso por hacer cosas. Esa precipitación se traduce en imprecisión en el lenguaje futbolístico.

También ansioso y precipitado, sin conexión entre sus artistas, Osasuna no dio nunca sensación de saber cómo afrontar el partido. Camacho, su manual de gestos en la banda, no sabía qué más decir a sus hombres para que tomasen el pulso al choque. Osasuna tardó 35 minutos en mandar el primer balón entre los tres palos de Alves.

No fue un partido agradecido para el espectador en muchas fases. Puñal y Nekounam nunca pudieron imponer su ritmo ante la presencia de Bernardello, M'bami y Soriano. Eso dejó partido en dos a Osasuna y aislados a Pandiani y Aranda. Tampoco Camuñas, desastroso, inquietó a Juanma Ortiz, un lateral derecho de guardia.

Con todo, Pandiani pudo empatar el partido. También en el primer minuto, pero de la segunda mitad, un balón voló al corazón del área rojiblanca. Contra toda lógica, el Rifle se atascó. Falló Pandiani con la cabeza, quién lo iba a suponer. Más tarde, Nekounam se aventuró a chutar con malas intenciones hacia la meta de Alves. La defensa rechazó el tiro y el balón buscó el pie de Pandiani. El uruguayo no se esperaba esa reválida. Empate al limbo.

Pese a todo, nunca pareció que el partido tuviese otro dueño que no fuese el Almería. Con Crusat en plan travieso, dando la tarde al desacertado Azpilicueta. El joven lateral, en la agenda de buenos equipos, terminó desesperado y lesionó al extremo catalán, que se tuvo que retirar en camilla.

Con el duelo roto y los equipos desfondados llegó la sentencia en una contra. Porque el Almería tenía más velocidad aún en la recámara. Piatti, suplente por sorpresa, emuló a Crusat, cedió un balón a José Ortiz en el área y el capitán continuó la tendencia hasta Kalu Uche. El nigeriano, previo movimiento de killer, batió con la zurda a Ricardo. Uche dijo que no sabía ni cómo celebrarlo. Lo dice un hombre que ha usado volteretas, bailes y gestos variados en el pasado. Sí debía tener hambre, sí. Como el Almería. Como no tuvo Osasuna.

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