Guayre Betancor, ocho años después de El Sadar

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Guayre Betancor, ocho años después de El Sadar

Guayre Betancor, ocho años después de El Sadar

El 20 de mayo de 2001, en Pamplona y ante Osasuna, la Unión Deportiva, como ahora adoctrinada por Sergio Kresic, cayó derrota por 3-2. Un partido poco trascendente pero que guardaba una reliquia. El último gol de Guayre con la camiseta amarilla. Hasta el sábado...

Guayre Betancor se ha congraciado con el destino. Ni él mismo acertaba a recordar el sábado, en medio de las felicitaciones por su tanto al Rayo Vallecano, la fecha de su último gol con la camiseta de la Unión Deportiva. Una mirada a la hemeroteca resuelve su enredo en la memoria: fue el 20 de mayo de 2001, con motivo de la vista de Las Palmas a El Sadar (hoy Reyno de Navarra), en un encuentro que perdieron los amarillos por 3-2 (Nacho González hizo un doblete con dos penas máximas). Un tanto que supuso el colofón a la temporada de su debut, en la que, en 31 partidos, firmó ocho dianas, con el privilegio de haber tenido puntería en los tres estadios más lustrosos del país: San Mamés, Bernabéu y el Nou Camp.

En verano, tras un año sobresaliente, fue traspasado al Villarreal por 1.000 millones de pesetas. En el conjunto levantino permaneció cinco campañas, con el que completó 137 encuentros de Liga e hizo 17 goles, registro a los que añadió 21 actuaciones en competición europea y cinco goles. Con ese amarillo, el de Villarreal, alcanzó su cénit profesional al ser reclamado por Luis Aragonés para jugar en la Selección absoluta, en febrero de 2005, con la que debutó en Almería en un encuentro clasificatorio para el Mundial de Alemania ante San Marino.

Sus posteriores estaciones en el Celta (dos campañas, 20 partidos y un gol) y Numancia (seis partidos) estuvieron marcadas por las lesiones. Reclutado para volver a casa, ha tardado poco en sonreír con el escudo que siempre hizo suyo. Como ya hiciera en Pamplona.

"Lo celebré con rabia; lo he pasado muy mal"

El parecer de Guayre, nada más concluir el encuentro, fue emotivo a más no poder: "Estoy muy contento. Ya había tenido ocasiones anteriormente para marcar y por fin pude hacerlo. Jugando ahí arriba, siempre hay oportunidades. La celebración del gol fue un impulso, porque tenía tanto dentro y tantas ganas de marcar. Lo he pasado muy mal".